Dan había llegado a su casa, su madre solo hizo escuchar la puerta como salió de la cocina y le dio la bienvenida a su hijo con un beso en la mejilla.
- Ven, tomate la medicina y pon las cosas en tu habitación – le dijo Chika con una sonrisa – oye, que te pasa? - le pregunto su madre al ver el gran desanimo que llevaba su hijo.
- Solo estoy algo cansado – le dijo a su madre, cogiendo el vaso de agua y su medicina, y entrando en su habitación y cerrando la puerta de detrás suya con una pierna. Dejo el vaso con la píldora amarillenta encima de su estudio que estaba pegado a la ventana del fondo, y puso su mochila encima de la cama y sentándose él a continuación.
- ( Porque me habré insinuado a Rikimaru?, si luego lo he parado haciendo que se sintiera culpable por lo ocurrido...¡ yo le amo ! ) - Dan al pensar eso, no pudo evitar que las lagrimas se le cayeran, se sentía tan mal consigo mismo, amaba a Rikimaru de eso ya no le cabía duda, pero porque había sido tan idiota de desear que ese primer beso pasara, si luego cuando estaba sucediendo el le había puesto fin con una excusa, - ( que tengo que hacer?...amo a Rikimaru, y él me ama a mi...pero...¡ pero esa estúpida enfermedad nos separá ! ) - Dan se acostó en su almohada, sin dejar de llorar, empapando sus mejillas y su almohada de lagrimas, y mirando fijamente ese vaso de agua y esa píldora empezó a hundirse en sus pensamientos de nuevo - ( Rikimaru me a dicho que le da igual que esté enfermo...¡ pero que estoy diciendo?!...¡ no puedo ser tan egoísta !...¡ no puedo hacerle eso a Rikimaru !...¡ ademas él no sabe que enfermedad es !, si lo supiera...seguro que se alejaría de mi, y si se llegara a enterar de como me infecte seguro que le daría asco, y me vería como a una persona que a caído muy bajo ) - se sentía bastante confundido en esos momentos, así que decidió que lo mejor era dejar de pensar en todo eso, y pensar en algo para que su madre y su padrastro le dejaran salir este fin de semana de acampada a la montaña con Rikimaru.
Se tomó su medicina, mientras planeaba alguna excusa para que lo dejaran salir de excursión, pero en cuanto el agua del vaso tocó sus labios dejándolos húmedos, inconscientemente empezó a revivir una y otra vez aquel beso con Rikimaru, aquel recuerdo del tacto de los labios de aquel chico, el sabor de aquella lengua que deseaba de cada vez más, hasta que sin darse cuenta habían pasado unos 15 minutos y fue llamado para ir a comer.
Antes de entrar al comedor, primero se dirigió a la cocina para pasar de agua el vaso con el que había tomado su medicina, y allí se acordó que había quedado embobado pensando con ese beso y había olvidado pensar en como iba a convencer a sus “ padres “, para que le dejaran salir.
Entró en el comedor y allí estaban su madre y Kisho su padrastro, lo dos estaban sentados uno delante del otro y había otro plato en uno de los lados con una silla, se sentó y les dijo – Itadakimasu – y sus padres le contestaron con la misma frase y empezaron a comer, excepto Dan que se había quedado mirando fijamente su plato, pensando en como podía empezar la conversación.
- Mama – dijo Dan con inseguridad, al pensar que se diera cuenta de que algo tramaba, pero al ver de que su madre solo lo estaba mirando esperando a que siguiera, y Kisho no le prestaba atención y seguía comiendo, continuó – podría ir este fin de semana de acampada a la montaña con Rikimaru?
- Tu amigo? - le pregunto a Dan, al no saber quien era Rikimaru.
- Sí, ese mismo – dijo Dan inquieto.
- De acampada?...te refieres a esta montaña donde vivía tu abuelo? - le dijo su madre con interés.
- Sí, me gustaría enseñarle el viejo Dojo que tenia mi abuelo y acamparíamos allí. - le dijo a su madre, intentando controlar sus piernas que habían empezado a estar inquietas debajo de la mesa.
- Sabes que no puedes cansarte mucho – le dijo su madre con una mirada de advertencia – Cuándo os iríais?, y cuándo regresaríais? - le preguntó, ya que no estaba del todo convencida con esa acampada.
- No me cansaría, pararíamos cada vez que me sintiera algo agotado, ademas me llevaría la medicina conmigo. Y nos iríamos el viernes por la tarde al acabar el colegio así llegaríamos a la cima antes de que se hiciera de noche, y regresaríamos el domingo por la tarde – le dijo a su madre, aún sin estar seguro de nada, ya que aún no sabía si los padres de Rikimaru le iban a dejar salir el fin de semana.
- Bueno por mi no hay problema – le dijo, al ver que su hijo parecía tenerlo todo controlado, seguidamente hecho una mirada a su esposo – que opinas tú?
Dan, al oír aquella pregunta sintió como la esperanza de ir de fin de semana se iba desvaneciendo.
- Antes de eso, no tenias un examen de historia? Que tal te a ido? - le pregunto Kisho, con interés.
- ( Supongo que ya no voy a ir, estúpido Kisho, siempre con los estúpidos exámenes ) - pensó Dan, cabreado por aquella pregunta y al ver que ya no le quedaban esperanzas para poder ir de acampada, o eso es lo que pensaba – lo he suspendido, ¡¡ y si estudié !! – le dijo con una voz que ya deseaba empezar a gritar y maldecirlo todo.
- Así que solo habéis empezado a jugar juntos, y ya sacas malas notas – le dijo con tono de burla y una mirada de desaprobación.
- No a sido por culpa de Rikimaru, simplemente estudié pero el examen era muy difícil – dijo ya algo mosqueado – ademas Rikimaru a sido de los pocos que han aprobado, y el único que a sacado mejor nota de la clase – devolviendo-le una risa y una mirada burlona.
- En serio?! - le preguntó su madre con mucho interés y una gran sorpresa – entonces porque no le pides que te enseñe?!, y que te ayude con la asignatura de historia que es la que más te cuesta aprobar.
- Ya se lo preguntare – le dijo a su madre sin prestarle mucha atención, ya que no tenia intención de poner obligaciones a Rikimaru - pero como sabias que teníamos examen?, era un examen sorpresa...por mucho que estudié si no se cuando hay un examen es muy difícil aprobarlo – le dijo con curiosidad a su padrastro y también con rabia al ver que sabía todo lo que pasaba alrededor de él.
- Vuestra profesora Ariadna, a llamado a todos los padres de todos los alumnos que han suspendido, no era muy difícil averiguarlo – le dijo Kisho con una sonrisa.
- Entonces veo que no sabias que Rikimaru, si había aprobado – le dijo Dan con otra sonrisa, para intentar cabrear a su padrastro – pero bueno al final puedo ir o no? - le dijo mirando a su madre, aunque la pregunta iba destinada a Kisho.
- Por mi no hay problema – le dijo a su hijo con una sonrisa, seguidamente le envió una mirada a su esposo como si tratara de comunicarle algo sin palabras, que al parecer Kisho capto el mensaje a la perfección soltando un respiro por la boca.
- Esta bien puedes ir – le dijo a su hijastro con tranquilidad en el rostro - ¡ pero !...tienes que aprobar la recuperación del examen...me da igual si pides ayuda a tu compañero o no...solo asegurate de aprobar el examen, o sera la ultima vez que veas a Rikimaru o como se llame tu compañero – acabando la respuesta con una mirada seria, pero al parecer sin ningún tipo de rencor.
Dan no se lo podía creer, pero tenía permiso de ambos para poder ir de acampada con su amigo, ya nada más lo podía hacer más feliz que esto, y sin darse cuenta un << gracias a los dos >> salió de su boca y volviendo a poner su mirada en el plato, ya que se sentía como si hubiera cometido un crimen al pronunciar esas palabras, se sentía muy raro. En cambio a Chika le hizo muy feliz que Dan le hubiera dado las gracias también a su esposo, sin la necesidad de sus suplicas, y Kisho aunque no quería reconocerlo en público por dentro se sentía muy feliz de haber recibido aquellas palabras de gratitud. Siguieron comiendo el resto de la comida en silencio y cuando todos terminaron, la conversación prosiguió.
- Oye, porque no invitas a Rikimaru mañana después del cole, para que venga a dormir? - esa propuesta lo había dejado helado, sin duda no se esperaba algo así de su madre.
- A dormir?! - le preguntó para afirmar que había escuchado bien.
- Sí, porque no?. En tu habitación la cama es muy grande, podríais dormir los dos perfectamente – le dijo su madre, mientras recogía la mesa, y Dan le ayudaba – es que no quieres? - le preguntó al ver la cara de su hijo como muy pensativa y despistado.
- Ehhh!!...No si para mi esta bien – la verdad es que no estaba seguro de si era buena idea o no - ( porque le habré dicho eso?!!...tengo miedo a que estando solos en la habitación y de noche, pueda surgir la lujuria entre nosotros...aunque tampoco hay cosa que no desee más...que voy a hacer?!! ).
- Tienes el teléfono de la madre de Rikimaru? - le preguntó, mientras lavaba los platos y Dan le traía las ultimas cosas que había sobre la mesa.
- No, por? - le dijo Dan con curiosidad y alucinado por el gran interés que mostraba su madre.
- Pues dile a Rikimaru que mañana te lo de en el cole y enviámelo por mensaje, para poder hablar con su madre y decirle que su hijo ya se quedara a dormir, así el viernes ya podríais iros juntos al colegio, venir a comer y iros directamente a la acampada.
- Esta bien – le dijo con una sonrisa, no se lo podía creer todo le había salido redondo como si tuviera a un ángel de la guarda a su lado,excepto por el tema de dormir juntos, el no saber que haría al estar al lado de aquel chico tan guapo durmiendo a su lado...lo ponía muy nervioso pero a la vez ansioso porque llegara ese momento.
Rikimaru por un lado había llegado a su casa, se fue a su habitación a dejar las cosas y como estaba cansado por la caminata, decidió tumbarse a la cama y pensar con aquel beso que tanto le había perturbado y con el cual llevaba pensando durante el resto de camino a casa, sin duda le resultaría fácil pasar horas enteras sumergido en aquel recuerdo y que para él fueran minutos. Cuanto más pensaba con aquel beso, más notaba como su piel se erizaba, como perdía el control sobre los latidos de su corazón y como un deseo de estar entre los brazos de aquella persona se apoderaban de él, hasta tal punto de tener ganas de gritar a los cuatro vientos el nombre de esa persona.
- ( Dan también a dicho que me quiere ) - haciendo que le saliera una enorme sonrisa de oreja a oreja y que sus mejillas se enrojecieran - ( pero no se porque a dicho que seria dañino para mi, la verdad me da igual que esté enfermo...le quiero, le quiero y mil veces le quiero...¡ eso es !...tengo que hacer que Dan salga conmigo...es tan guapo, quiero estar con él durante el resto de mi vida ).
De pronto se acordó de que tenia que decirle a su madre lo de la acampada, ya era hora de que supiera sobre la existencia de Dan, eso si...sin que se enterara Kenshi, el cabrón con el que estaba su madre ya que si nos, estaba seguro de que intentaría hacer lo imposible para que no fuera.
Cuando estuvo a punto de salir por la puerta, sentía que era el más alegre de las personas, cosa que no era habitual en él dentro de esa casa, sabía que eso era consecuencia de ese beso, pero salir tan alegre levantaría sospechas...tenia ganas de saltar de la alegría desde hace un buen rato, así que volvió a cerrar la puerta y se puso a ello unos 10 segundos y luego paro, ya había descargado parte de la adrenalina y emoción, pero aún así se sentía demasiado feliz y como el saltar de esa manera no le había gustado, ya que parecía un loco decidió interpretar lo mas parecido su actitud que solía tener con ellos.
Abrió la puerta, y se fue hacia la cocina donde aún estaba su madre preparando la comida, en cuanto la vio un enorme miedo le hizo dudar de si tenia que decir algo, o como tenia que empezar...había pensando en empezar la conversación con algo como << quieres que te ayude en algo? >>, pero sabía que eso le haría alargar la conversación y Kenshi acabaría sabiéndolo todo...no era muy buena idea sin duda, pero tenia que decírselo como fuera.
- Mama...podemos hablar un momento en mi habitación? - le dijo con la saliva al cuello y con temor a como reaccionara, ya que su relación no había ido muy bien estos últimos días.
. No ves que estoy ocupada ahora...mas tarde – le dijo su madre de manera tranquila, sin siquiera girarse para mirar a su hijo a los ojos – además al entrar alguien en una casa se saluda, a no ser que sean perros.
- Esta bien, perdona – le dijo Rikimaru ahora con mas confianza al notar que el tono de la voz de su madre era tranquilo – pero quiero hablar una cosa contigo, es urgente.
- Esta bien, que quieres? - le dijo su madre con impaciencia y esta vez mirando a su hijo a la cara delante del umbral.
- En privado, ¡ por favor ! - le volvió a insistir a su madre, ya también perdiendo la paciencia.
Rikimaru condujo a su madre a la habitación y cerró la puerta observando antes si había alguien dispuesto a escuchar en cuanto se cerrará, al ver que no era el caso la cerró.
- Que sea rápido Rikimaru, es tarde y aún tenemos que comer – le dijo su madre algo cabreada al no saber el porque de esa actitud tan rara de su hijo, y al tener que hacer la comida después de llegar del trabajo cosa que era estresante y cansado, no ayudaba mucho a favor de Rikimaru.
- Esta bien, solo quería decirte si me das permiso para ir de acampada con un amigo, es que me a invitado – le dijo a su madre, observándola con desconfianza al no saber como reaccionaría.
- Quieres que te deje ir de excursión con un amigo tuyo, viendo como te comportas con Kenshi?! - le dijo con tono serio.
- No solo soy yo, él es el que me provoca – le contesta Rikimaru también con el mismo tono de su madre.
- Y yo te he dicho que no le hagas caso, que lo evites...pero siempre os estáis peleando...y ya estoy cansada – mirando a su hijo con una expresión parecida al odio.
- Y me das la culpa a mi – le contestó con tono de si todo lo que pasaba en el mundo fuera culpa suya – yo no le hago caso, intento evitarlo...pero siempre intenta hacerme la vida imposible...soy yo quien tiene la culpa de que me encerrará en el maletero del coche, soy yo el que tiene la culpa de que tuviera que ir al medico diciendo que me había golpeado jugando, cuando era él el que me estrellaba contra alguna mesa, o también era culpa mía de que me humillara constantemente con sus amigos del bar cuando metía la pata en algo – hablar de eso siempre le hacia ponerse a llorar, cada vez que recordaba por todo lo que había pasado un gran odio se apoderaba de él, haciendo que hablara muy despacio pero estrechando los dientes en cada una de las palabras, ya no lo soportaba que todo el mundo le diera la culpa de todo, habiendo sido él, el que había pasado por todo el sufrimiento...pero mucha más era la tristeza que lo invadía al recordar todas esas injusticias, era esa misma tristeza que hacía que se le acabaran las ganas de vivir en ese asqueroso mundo.
- Rikimaru... - le dijo su madre impactada al ver aquella gran tristeza en su hijo, ver aquellas lagrimas cayendo en picado al suelo, era un constante sufrimiento para ella...aunque era muy consciente de que quien lo había pasado peor había sido su hijo – tienes que aprender a olvidar el pasado, aunque sea duro.
- Para ti es muy fácil decirlo, sobretodo si no es a ti a quien te hacen daño – le contestó Rikimaru con tristeza y secándose las lagrimas con la manga del jersey.
- No digas que no me hacen daño...porque el daño me lo hacéis los dos...tú y Kenshi, cuando os peleáis constantemente eso me duele – le dijo su madre más calmada y con ganas de abrazar a su hijo, pero sin atreverse a hacerlo por miedo a que Rikimaru la rechazase.
- Mama...no quiero ya hablar más de eso...esos temas ya no me importan en absoluto – las palabras caían a su madre como latigazos, aunque Rikimaru las dijese con tranquilidad pero si con mucha tristeza – lo único que ya me importa, es saber si me das permiso para ir de acampada.
- Esta bien, puedes ir...si me prometes que a partir de ahora intentarás no pelearte más con Kenshi, si él te molesta dímelo y haré algo al respecto, venga calmate – poniendo una mano en la cabeza de su hijo y acercándola a su pecho.
- Esta bien, lo intentare – le dijo a su madre, aún así sin acabar de creerse lo último que había dicho su madre, ya que siempre terminaba siendo todo culpa suya.
Por desgracia de Rikimaru, Kenshi había ido al baño y no había podido evitar oír como Rikimaru hablaba con su madre...se quedo escuchando toda la conversación y así como iba pasando el tiempo una sonrisa se formaba en su cara.
- ( Jajaja, estúpido chico...quieres hablar con tu madre en privado para que yo no me entere de que te vas de excursión, y no pueda intervenir....jajaja, esta bien, haré lo imposible para que no puedas ir, te lo juro ) - de pronto al oír como se acercaban a la puerta, como alma que se lleva al diablo se fue a la sala de estar a mirar los deportes.
Durante el resto del día, después de haber comido ya pudo darse cuenta de que su padrastro había escuchado su conversación, ya que cada momento en que salía de su habitación donde hacía los deberes, cuando regresaba su escritorio volvía a estar desordenado y con los lápices al suelo, por la noche antes de cenar se fue a ducharse dejando la ropa que tenia que ponerse al baño, y volviendo a su habitación un momento a coger el albornoz que se había olvidado...en cuanto regreso al baño se encontró toda la ropa tirada en al bañera, mojada...y con un gran cabreo pero que se lo aguantaba decidió no armar jaleo y volver a por otro pijama.