20 de agosto de 2012

( Me Enamoré de ti - Chayane )


Mejor Amiga 



Allí volvía estar sentado aquel niño de unos seis años de pelo oscuro y ojos marrones, columpiándose y mirando al suelo con tristeza.

- Que te pasa? - le preguntó de pronto una niña de su misma edad, rubia, ojos azules y con una bonita sonrisa – porque estas triste? - le volvió a preguntar y sentándose al columpio de al lado.

- Por nada – le contestó el chico con timidez y sonrojándose al ver aquella bonita niña.

- Y tus amigos?; Como te llamas? - le preguntó con curiosidad y algo de pena al ver tan solo al muchacho.

- Me llamo Alejandro y...no...tengo amigos – le dijo con tono triste y mirando el suelo por vergüenza y miedo a que se burlara de él.

- Yo me llamo Carla, ven a jugar conmigo – cogiendo de la mano al chico que quedó asombrado a la reacción de la niña, al fijarse con la sonrisa en que lo miraba, su corazón le dio un vuelco y le respondió con otra cálida sonrisa.

Cuando estoy contigo crece mi esperanza,
has alimentado el amor de mi alma.

Ambos niños empezaron a jugar en el verde césped del parque, todo eran sonrisas y alegrías, las horas fueron pasando mientras que el sol dejaba un bonito atardecer. Aquella luz anaranjada que iluminaba el rostro de la chica hizo que el chico sin ser consciente a su edad, sintiera la punzada del amor por primera vez.

Y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento, 
que será de mí si no te tengo?


- Me tengo que ir Alejandro, mi mama me esta llamando – mirando ambos a una mujer haciéndole señales para que fuera con ella.

- Te volveré a ver? - le preguntó triste y sin poder evitar que sus ojos empezaran a llorar.

Si no estás conmigo se me escapa el aire,
corazón vacío.

- Claro que sí, a partir de ahora seremos mejores amigos – le dijo con una sonrisa y quitándose las hojas que se le habían pegado a la ropa – mañana volveré – finalizando su despedida con un bonito beso en la mejilla de aquel chico, al cual se le sonrojaron las mejillas y haciendo aparecer una sonrisa mientras Carla se iba con su madre y se volvía a despedir con la mano.

Estando en tus brazos sólo a tu lado siento que respiro...
No hay nada que cambiar, no hay nada que decir.

- Alejandro, la cena está lista – le dijo su madre de detrás de la puerta.

- Esta bien, ahora salgo – con tono tranquilo, aunque estaba triste de que lo hubieran despertado del mundo de los recuerdos en el cual había entrado sin darse cuenta, hasta que observa el libro de matemáticas encima de su escritorio y observa una foto donde aparece él y otra chica...Carla, cuando eran pequeños hace doce años y ahora iban al instituto.

De pronto observa como inconscientemente había estado garabateando en su libro el nombre de su compañera.

- ( Ya hace doce años que la conozco y ahora me acuerdo que desde aquel día estoy enamorado de ella...pero nunca se lo he dicho...tengo miedo de que solo quiera ser mi amiga ) - pensando tristemente todo aquello y las veces que lo había intentado pero echándose atrás al último instante.


Si no estás conmigo quedo entre la nada,
me muero de frío.
Ay! Cuanto te amo,
si no es a tu lado pierdo los sentidos...


Seguidamente Alejandro coge la foto y la pone dentro de un cuaderno de su mochila y se queda contemplando el resto de las paginas de aquel cuaderno, donde contenía un montón de frases románticas y todos sus sentimientos hacia ella, ver todas aquellas confesiones en el papel y que su amiga no supiera nada...le rompía el corazón.
Hay tanto que inventar, no hay nada que fingir...
“me enamore de ti”
me enamoré de ti...

Durante la cena no pudo evitar dejar de pensar en los sentimientos hacia Carla, tal era la concentración hacia su amiga, que su madre se dio cuenta de que había algo que le preocupaba a su hijo.

- Te pasa algo Alejandro? - le preguntó con preocupación y curiosidad al ver la lentitud en que comía.

- Ah...no nada...bueno, mañana tenemos un examen de mates y estoy nervioso – dijo impresionado y con el corazón acelerado al ver que su madre se había percatado de que algo le rondaba en su cabeza.

- Tranquilizate, se que vas aprobar, has estado estudiando durante una semana muy duramente – le dijo con una sonrisa.

- Gracias mama – devolviendole la sonrisa al ver la suerte que tiene de tener una madre tan dulce y que sea tan fácil de esconderle los sentimientos o al menos que no te agobie a preguntas.

Después de la cena se lavó los dientes y se fue a la cama a dormir, mejor dicho a pensar durante unos treinta minutos en ella y sus sentimientos como cada noche.

- Levantate Alejandro, ya esta el desayuno – volviendo a llamar desde detrás de la puerta.

- Ya voy mama – le contestó adormilado - ( Espero que le vaya bien el examen ) - pensando ya a buena mañana en Carla.


Eres lo que yo más quiero, lo que soñaba
eres mi rayo de luz a cada mañana...
y sin pensarlo el tiempo me robó el aliento, 
qué será de mí si no te tengo?

Al llegar al instituto, como siempre allí estaba Carla esperándole a la puerta, cuando lo vio venir le saludo con la mano y con una de sus sonrisas que hacían que el corazón de Alejandro se acelerará a ritmo cardíaco.

- Cómo estás? Preparado por el examen? - le dijo con una sonrisa y nerviosa por el examen.

- Muy bien – le dijo con una sonrisa, aunque su corazón por dentro estuviera triste por no poderle confesar ese cariño hacia ella – y tú?, has estudiado suficiente para el examen? - le dijo preocupado sabiendo que era una de las asignaturas que a ella se le resistían.

- Estoy bien, aunque preocupada porque no se si es suficiente lo que se y la verdad...ojala apruebe, he estado todas las noches estudiando hasta tarde – le dijo algo triste.

- No te preocupes, se que lo harás bien, eres inteligente y siempre consigues lo que te propones – le dijo con una sonrisa.

- Gracias, como siempre tan amable – le dijo con una sonrisa y los ánimos más elevados, en verdad Alejandro era un gran apoyo para ella y se alegraba de tenerlo cuando lo necesitaba.


Si no estás conmigo se me escapa el aire, corazón vacío.
Estando en tus brazos sólo a tu lado siento que respiro...
No hay nada que cambiar, no hay nada que decir...

- Bueno, ya podéis empezar el examen – dijo la profesora al haber separado a los alumnos en cuatro filas de cinco y repartido los exámenes.

Alejandro y Carla estaban casi muy juntos, él se encontraba en la tercera fila en la tercera mesa y Carla en la cuarta fila, en el primer asiento.

Al cabo de una media hora, Alejandro vio como él gracioso de la clase que estaba detrás de Carla, empezaba a molestar a su amiga, pegando golpes en la silla con sus pies y haciendo que su amiga de cada vez le costara más concentrarse, seguidamente observa como la profesora estaba concentrada en su diario sin darse cuenta de lo que pasaba.

Por mala suerte de Carla, cabreada de esos continuos golpecitos se giro hacia atrás para hacerle una mirada de odio y exigirle que se detuviera, cuando la maestra grito su nombre.

- ¡ Carla !, el examen – le dijo en tono brusco y mirándola con enfado.

- Porque?; Que he hecho? - le dijo sorprendida sin entender lo que había hecho y con el corazón que le empezaba a acelerarse.

- Te has girado hacia atrás – le dijo con tono firme.

- Porque él me estaba molestando – le dijo asustada al ver que todos sus esfuerzos para aprobar se habían esfumado.

- Me lo hubieras comunicado, pero no te puedes girar hacia atrás...el examen – le volvió a decir con seriedad.

Carla le entregó el examen mientras Alejandro observaba que el otro chico se reía por lo bajo, aquello hizo enfurecerlo, pero la gota que colmo el vaso fue ver que su amiga...lloraba mientras recogía sus cosas y la profesora partía el examen en dos.


Si no estás conmigo quedo entre la nada, me muero de frío.
Ay! Cuanto te amo, si no es a tu lado pierdo los sentidos...
Hay tanto que inventar, no hay nada que fingir...
“ me enamore de ti “...

- ¡ Ella no tiene la culpa de nada ! - dijo gritando en medio de la clase, lo que hizo que todos se sorprendieran en especial Carla, que no esperaba ni en un millón de años aquella reacción de Alejandro.

- ¡ Alejandro esto es un examen ! - le dijo con brusquedad la profesora - ¡ tienes un punto menos en la nota !

- ¡ Me importa una mierda ! - dijo cabreado y con mucha tristeza en su interior – ¡ ese gilipollas de allí, la estaba molestando ! - volviendo a mirar con odio a aquel chico, el cual éste se reía por el espectáculo que montaba.

- ¡ Como sigas así, te voy a expulsar ! - le gritó cabreada la profesora, levantándose de la silla.

- Yo...yo no hice nada – dijo con normalidad el gracioso, lo que hizo cabrear más a Alejandro y se dirigió hacia él cogiéndolo por el pecho de la camisa.

- ¡ Eres un estúpido mentiroso ! - gritándole y dándole un puñetazo al chico el cual cayo de la silla con un labio partido, seguidamente cerro los ojos...en su mente le vinieron las palabras de su amiga - ( Estoy bien, aunque preocupada porque no se si es suficiente lo que se y la verdad...ojala apruebe, he estado todas las noches estudiando hasta tarde ) - aquellas palabras de Carla hicieron que los ojos de Alejandro empezaran a llorar - ¡ No tienes idea de lo que este examen significaba para ella, y tú haciendo el idiota la has hecho llorar !

Carla estaba paralizada del asombro, nunca había visto de los doce años que lo conocía ponerse así, y ver aquellas lagrimas en el rostro de su mejor amigo hizo que se le erizara la piel y el corazón le diera un vuelco, nunca nadie había llorado por ella ni tampoco enfadarse porque la hubieran molestado...estaba anonadada.

Alejandro y el otro chico empezaron a pelear hasta que la profesora se interpuso en medio de los dos.

- ¡ Alejandro estas expulsado dos días !, ¡ ya puedes irte ! - le dijo enfadada y aseñalandole la puerta de la clase - ¡ y tú, entregame el examen ! - mirando al otro chico.

Alejandro cogió la mochila de mala gana, provocando que sin darse cuenta se le cayera un cuaderno rojo y saliera corriendo y enfadado de la clase propinando un portazo.

Carla recogió el cuaderno que se le había caído en la clase y fue en busca de Alejandro para devolvérselo, pero al salir a la calle fuera del instituto ya no había rastro de él y se dirigió a la casa de su amigo.

- Hola, esta Alejandro? - le preguntó a su madre al abrir la puerta.

- Alejandro?! – repitió con sorpresa – no, está en el instituto...no tendrías que estar tu también allí? - le dijo preocupada.

Carla le contó todo lo sucedido a la madre de Alejandro.

- Fue todo culpa mía, así que no regañe a Alejandro – le dijo triste y preocupada.

- Tranquila, si lo que has contado es cierto, no le culpo de nada...te aprecia mucho – le dijo con una sonrisa a Carla.

- Bueno, seguiré buscándolo – le contestó y volviendo a salir a la calle pensativa, de pronto un ladrido hizo que se asustara dejando caer el cuaderno al suelo y que sobresaliera una foto de entre las hojas, ella con curiosidad al abrir el cuaderno lo que se encontró en su interior fue algo que nunca se hubiera esperado.

En ese cuaderno había su nombre escrito en muchos sitios, poemas, fotos de ella y Alejandro cuando eran pequeños lo que le hizo sonreír y sonrojarse, su corazón empezó a latir a una velocidad cardíaca, cuantas más paginas pasaba se iba encontrando muchos bocetos y dibujos hechos a mano por Alejandro de ella, hasta que llegó a una pagina donde estaba la fecha del día anterior con un escrito.

xx/xx/xxxx

Esta tarde me he acordado del día en que conocí a Carla, mi corazón se a vuelto a acelerar en pensar en ella, se que me enamore de ella desde ese mismo día...creo que fue su sonrisa, es la más bonita que he visto y me gusta verla sonreír.

Lo único malo de todo esto, es que no me atrevo a decirle lo que siento, tengo miedo de que me diga que solo podemos ser amigos o mucho peor...que se rompa nuestra amistad...prefiero tenerla mil veces como amiga que nunca en mi vida.

Se que al final llegará el día en que tenga que desvelarle lo que siento por ella, ya que este sentimiento de cada vez es más pesado.

Cuando era pequeño estaba muy solo, no tenia ilusión de nada pero fue conocerla a ella y tuve un motivo por el que vivir...y es ser el chico perfecto para ella...espero algún día conseguirlo...por ahora solo mí corazón sabrá...cuanto la quiero.


En el rostro de Carla se reflejaba una sonrisa a la vez que las lagrimas recorrían sus mejillas y acababan encima de aquel escrito, puso la foto en el cuaderno y lo cerró.

- Ya veo...ese idiota...y no me ha dicho nada...en todo este tiempo – aferrando el cuaderno entre su pecho y poniéndose a correr por las calles - ( seguro que estas allí...estoy segura ).


Si no estás conmigo se me escapa el aire, corazón vacío.
Estando en tus brazos sólo a tu lado siento que respiro...
No hay nada que cambiar, no hay nada que decir...

Al llegar al parque donde jugaba con Alejandro, efectivamente lo vio allí sentado en el mismo columpio que hace doce años con la cabeza agachada.

- ( Soy un idiota...hice el ridículo poniéndome a llorar de esa manera...seguro que asuste a Carla...soy patético ) - cuanto más se machacaba por ser tan sensible y blando más eran las lagrimas que derramaba, de pronto sus ojos se abrieron como platos al oír una voz detrás de él.

- Alejandro – le dijo con ternura la chica, éste se giró y la miró sonrojado – porque no me habías dicho nada? - le dijo sentándose al otro columpio y enseñándole el cuaderno.

- Ese cuaderno?! - dijo sorprendido al verlo en las manos de su compañera.

- Se te cayo en clase y vine para traértelo, pero no estabas en casa...el cuaderno se me cayo y vi lo que estaba dentro – al ver que su amigo se empezaba a sonrojar y a ponerse nervioso y por algún otro motivo triste, decidió ir al grano – porque no me lo contaste?

- Eres mi mejor amiga, eres de las pocas personas que me sonríe y eres muy importante para mí – esa confesión por mucho que intentaba no derramar lagrimas y actuar fuertemente como otros chicos, sabía que era imposible...sabía que era un chico demasiado sentimental y que lloraba por tonterías como esa – no te lo dije...porque tenia miedo...soy patético – agachando su mirada con tristeza y vergüenza que su amiga lo viera llorar de esa manera tan ridícula.


Si no estás conmigo quedo entre la nada, me muero de frío.
Ay! Cuanto te amo “ corazón salvaje “ pierdo los sentidos...

Hay tanto que inventar, no hay nada que fingir...
Si no estás conmigo...me quedo vacío!!

- Eso no es cierto – subiéndole el rostro por la barbilla con una sonrisa – es cierto que eres muy sentimental, pero lo que has hecho en clase me a demostrado lo importante que soy para ti y aunque no sabía porque era...me sentí especial...nadie nunca a llorado por mí cuando yo estaba triste...ni tampoco me defendía nadie...pero tú siempre has estado a mi lado como un gran amigo y escondiendo esos sentimientos a pesar de todo...te pido perdón por no haber visto desde un principio lo que sentías por mí – quitándole las lagrimas de las mejillas con sus pulgares.

- Si...pero no soy como los otros chicos, ellos son fuertes, no son tímidos y no son cobardes a la hora de confesar el amor a una chica...en cambio yo...soy todo lo contrario, por eso no quería decirte nada, no quiero avergonzarte – le dijo intentando no volver a empapar sus mejillas de lagrimas.

- Avergonzarme?! - esa palabra le produjo unas risas – es cierto que eres un chico con buen corazón, llorica y también bobo – mirando el césped en el que solían jugar de pequeños y recordando todos aquellos momentos en que su amigo lloraba cuando ella tenia que irse con su madre o ella lo tenia que defender de chicos que lo molestaban – pero eso mismo es lo que más me gusta de ti...no eres como todos los chicos de clase...eres especial – mirándolo con una de sus sonrisas a las cual Alejandro siempre reaccionaba con un gran sonrojo – bueno ahora que ya esta todo más claro, sólo queda por hacer una cosa – levantándose del columpio y extendiéndole la mano.

- El que? - le preguntó inocentemente y haciendo reír por ese mismo motivo a Carla. Aceptó la mano de su compañera y se levantó frente a ella, mientras acababa de secarse los ojos húmedos.

- Eres tan inocente... – acercándose a él y poniendo una mano detrás del cuello del chico, provocando en él que su corazón latiera como nunca antes lo había hecho, no podía mover ningún musculo de su cuerpo, estaba completamente paralizado – eres un bobo...- acercando la cabeza del chico hacia ella, mientras él no podía impedir que los colores se le subiesen a la cabeza – mi bobo – acabando por besar los labios del muy tímido y sonrojado Alejandro.


No hay nada que cambiar.
No hay nada que fingir...me enamoré de ti...
me enamoré de ti.