16 de noviembre de 2010

Un día muy extraño

Dicen que los niños son capaces de ver a los muertos, yo pensaba que su inocencia era la ventaja que tenían para poder verlos, el no saber si es malo o bueno, no saber qué les va ha pasar... Pero jamás pensé que eso le pasaría a mi hermano.

...

Aquella tarde Hanna se quedó un poco más de lo debido en el instituto, cuando se dio cuenta que no podría salir, evitó ser descubierta y lo único que pensó fue en esquivar como pudo al personal de la limpieza e intentar salir corriendo… Pero, se despertó en el gimnasio, sin recordar exactamente nada de lo que había hecho hacía unos minutos o poco antes de quedarse durmiendo.

Estaba muy aturdida, le pesaba el cuerpo sus brazos sostenían con esfuerzo su cuerpo que a la vez también reposaba en sus piernas; estaba sentada, mirando a su alrededor intentando recordar que hacía en el instituto tan tarde o cómo se había quedado durmiendo en el gimnasio y nadie se había dado cuenta de ello. Se levantó muy mareada e intentó salir del gimnasio.  Se dirigió lenta y pesadamente hacia la puerta que daba al pasillo que conectaba las aulas y el gimnasio…

-¿Por qué está abierta? Tengo entendido que hay clases por la tarde, pero,  ¿el gimnasio?
Después de conseguir salir del gimnasio se dirigió a la puerta de salida, exactamente por la puerta principal, miró el reloj que había en la entrada, las 3… y desde luego era de noche. Muy extraño que el gimnasio estuviera abierto. Ya que no tenía nada que perder, abrió la puerta que daba al hall de la entrada, y abrió. Esto era desde luego muy raro, no había nadie en el instituto, era muy raro que todas las puertas estuvieran abiertas, asique suponiendo que la principal estaba abierta, la que daba a la calle estaba claramente cerrada, por lo que saltó la valla que completaba la puerta.

Se dirigió a su casa y lentamente caminó por las calles, sin hablar con nadie, sin si quiera cruzarse con alguien, llegó a casa y entró en su habitación son hacer ruido. Se acostó y se levantó al día siguiente. Se arregló y corriendo llegó al instituto de nuevo, llegaba tarde debido al paseo de anoche. Se sorprendió mucho al ver que nadie la miraba, que nadie le prestaba atención, todos habían formado un círculo alrededor de algo, y no pudo pasar a  ver que era. La gente se abarrotaba y se empujaba mientras curioseaba y murmuraban que era una chica que había muerto.

Era difícil de creer, en aquella zona no solía pasar nada, de hecho algunos accidentes que hubo eran calmados gracias a una patrulla que se pasaba por el instituto para evitar cualquier pelea o temas de drogas. Pero algo como un asesinato… Poco a poco la gente empezó a disiparse y los enviaron todos a casa y se dio de baja hasta nueva orden.

El instituto fue cerrado y prácticamente desalojado, nadie, absolutamente nadie excepto la policía podía entrar en el edificio, eso la dejó fuera de juego, nadie le hacía caso, sus padres no estaban en casa y nadie le había dirigido la palabra en todo el día. Puesto que se vio totalmente ignorada fue a casa, dejó de nuevo la mochila y simplemente se tumbó en la cama. Empezó a recordar levemente que es lo que había pasado. Anoche, anoche ella se quedó encerrada en el instituto, y... después se levantó en el gimnasio… ¿Qué estaba pasando…?

Mientras escuchaba algo de música le pareció que alguien abría la puerta. Se asomó y vio a su hermano pequeño algo triste. En seguida fue a preguntarle si le había pasado algo malo en el colegio.

-No, estoy bien… pero… No es nada, ahora ya estoy bien.- él había cambiado su rostro.

-¿Seguro que no te ha pasado nada?- volvió a preguntar ella.

-Seguro, Hanna, ya estoy mejor, pero no le diré a mamá y a papa que ayer llegaste tan tarde o se enfadarán mucho contigo.

-Muchas gracias, Mike, eres un cielo, y recuerda que si te pasa algo sólo tienes que decírmelo…

-Claro...- decía poco antes de cerrar la puerta de su habitación para hacer los deberes.

Su hermano, era menor, unos 8 años menos que ella, lo que ahora lo situaba en 8 años, a pesar de la diferencia de edad, ambos se llevaban muy bien y eran inseparables, desde que Mike nació ella siempre había estado ahí para él, siempre jugaban juntos y siembre lo defendía de los acosadores del colegio. Mike era pequeño, algo más bajito de no normal para su edad, lo que hacía que en muchas ocasiones sus compañeros se reían de él lo que hizo que nunca trabara una alianza muy fuerte con otras personas que no fuera su hermana y la vecina, que iban siempre juntos, inseparables y siempre dispuestos a ayudarse.

Cuando tocaron a la puerta Mike se adelantó a abrir, era la vecina, como siempre para merendar o hacer los deberes juntos. Pero ella aquella tarde no entró en el comedor, siquiera en casa, le dijo algo a Mike y volvió a su casa.

-¿Hoy no tenéis deberes?- le dijo asomada desde la puerta a Mike

-No, no es eso… Ella dice que su madre no la deja venir hoy…

-¿Está castigada?

-No creo, ella no ha hecho nada, seguramente… tiene algo que ver con la llamada de esta mañana que han recibido mamá y papá…

-¿Qué llamada y… dónde están mamá y papá?- le siguió preguntando

-No lo sé, la abuela me ha llevado y recogido del colegio, asique no se qué ha pasado, mamá y papá se han alterado mucho y se han ido sin desayunar ni nada… Pero no sé a dónde, tampoco se lo han dicho a la abuela…

-Y desde esta mañana… ¿Aun no han vuelto o casa?- preguntó mirando Hanna al resto de la casa.

-Parece que no, por cierto… ¿has comido algo?

-No, todavía no, pero no tengo apetito… Hoy ha pasado algo muy raro en el instituto…

-¿El qué?

-Por lo que he podido oír… Parece que han encontrado el cuerpo de una chica en mitad del pasillo central del instituto…

-¿E… En serio? – dijo el muy asustado

-Sí, seguro mañana en las noticias si no esta misma tarde…

-¿Y has visto quien era… ? A lo mejor la conocías.

-Lo he intentado, pero había tanta gente que no podía pasar, asique he vuelto a casa, Por lo visto hasta nuevo aviso no podemos ir al instituto…

-Vaya… qué morro, te saltarás clases…

-No es divertido, una persona ha muerto…

-Lo siento…- dijo algo apenado.

-Hazte algo de comer si quieres, estaré en mi habitación por si necesitas ayuda…

-Valee…- dijo Mike dirigiéndose a la cocina.

Aquella tarde Hanna intentó seguir recordando que había pasado aquella noche, pero tampoco tuvo resultados, una canguro llegó para recoger a mi hermano y llevárselo a algún lado… pero yo sólo lo supe por una nota que dejó en su escritorio…

De nuevo pasaban cosas raras… Por curiosidad respecto a la victima que esta mañana en el instituto, encendió la tele y se sentó en el sofá… Los informativos estaban empezando…

Noticia de última hora… la niña encontrada esta mañana en el instituto ha sido localizada como Hanna, sus padres han verificado su identidad y se ha confirmado la causa de la muerte… Fue violada y asesinada por el guardia de seguridad que llevaba, según dicen sus compañeros, acosándola desde hacía unos meses…
Hanna se miró más manos, el mando de le había caído, fue al espejo y se miró, y su rostro se demacraba lentamente hasta dejar un pútrido rostro deforme y con una expresión de horror aún caían las lágrimas derramadas en la violación… Su rostro de desfiguraba, su piel se caí a trozos, aquel ente negro detrás de ella la alarmó de tal manera que la paralizó. Aquella cosa le sonreía macabramente. La lluvia de imágenes que le golpeó con todo lo que había sufrido en un instante fue suficiente como para matarla de nuevo, pero ahora simplemente desapareció mientras seguía sonando de fondo la canción titulada Réquiem de su grupo de música favorito.

30 de septiembre de 2010

Sólo un instante

Desde la primera vez que lo tuve delante, supe que aquello no iba a salir como yo esperaba… Cuando alcé la mirada y lo vi tan cerca de mí supuse que había sido una especie de fallo de cálculo respecto a la distancia; sin embargo el no reaccionó en absoluto. Se quedó delante mirándome, y aquella sensación me recorrió por la espalda, subiéndome lentamente y a la vez muy rápido por mi columna, rezando cada vertebra.

Quise pensar que se movería y me dejaría marchar, pero él no se movía, y yo, por alguna razón, tampoco lo hacía. Lo estaba mirando, él me miraba, sus ojos eran oscuros, y no sabía muy bien que era lo que buscaban o querían esos ojos de mí, simplemente estaba allí, quieta, totalmente paralizada por unos ojos que además, era la primera vez que los veía con tanto detenimiento, unos ojos nuevos, inquietantes y que me inquietaban, sentía como se adentraba en lo que estaba pensando, como descifraba cada uno de mis pensamientos, de las palabras que se formaban lentamente muy seguidas una de otra en mi mente.

Yo, yo estaba allí, mi cuerpo estaba frente a él, quietos por no sé exactamente cuánto tiempo, apoyados en aquella mesa, petrificada justo antes de sentarme, mientras él me miraba desde abajo con aquella mirada tan extraña. De repente me vi sumergida, hundida en un mundo muy diferente al mío, era oscuro, más de lo que aquellos ojos podían esconder, aquellos ojos me arrastraban a su interior, conseguí sentarme sin saber muy bien cómo y sin dejar de mirarlo. Mi cuerpo se estremeció, los sonidos a mi alrededor, las voces de la gente, los gritos de las demás personas, la música, si es que la había, todo había desaparecido de mi cabeza, toda mi atención estaba perdida entre los ojos negros del chico que tenía delante.

Él no me hablaba, y yo quería salir de ese lugar, ocultaba habitaciones muy frías, recuerdos escalofriantes y yo, la que se supone que sonrojada y muy nerviosa aceptaba hablar con él, estaba ahora perdida en lo que él sólo llamaba “mi otra vida”… Sólo una palabra hubiera bastado para sacarme de aquel embrujo, de aquella mala pasada… ¿Cómo era posible que nunca nadie se hubiera dado cuenta de los ojos tan tristes y de todo lo que guardaba este chico en su interior hasta ese momento? ¿Cómo podía acumular tanto dolor, tanto mal? ¿Qué le habría pasado o que le pasaba para que sólo mirado sus ojos pudieras ver cómo se sentía y cuánto sufría…?

Cuando conseguí parpadear y dejar de mirar por unos segundos aquello ojos, él me seguía mirando, preocupado, perdido y sin saber muy bien qué hacer. Sólo quería ayudarte… sólo miré por un segundo tu mirada… Sólo tus ojos… Sólo el color de tus ojos, nunca imaginé que me encontraría sumida en tales sentimientos, de ahora en adelante prometo no volver a mirarte a los ojos a no ser que estés sonriendo…

-¿Estas bien?- me dijo después de unos segundos

-… Sí, pe…. Perdona yo…- Volver a alzar la mirada era volver a perderme en ese lugar… Ahora dirigí mis ojos a sus labios, dónde por costumbre lo miraba, ara prestar toda la atención posible a sus palabras, a su voz, cálida, grave, pero siempre seria y no por ello fría, al contrario que sus ojos, sus palabras eran cálidas, mimadas y pensadas perfectamente antes de salir de sus labios para expresar todo exactamente como quería, escogiendo palabras dulces, palabras muchas veces que, puestas en boca de otros, no sonaban igual, si quiera parecido, palabras vulgares y de lo más corrientes en su boca y pronunciadas con la suavidad y ternura con las que él las dejaba vagando en el aire y como penetraban en mis oídos más dulcemente y eran interpretadas y fácilmente acogidas en mi cabeza.

Seguimos hablando mientras disfrutaba de la melodía que sonaba sólo para mi, ignorada completamente por los demás, inconscientemente con algunas palabras se me dibujaba una sonrisa y hacía que él también fuera contagiada por ella.
Era como rozar el cielo sin saber cómo es, era oír a los ángeles hablar y reírse entre ellos, eran solamente las notas dibujadas en los pentagramas invisibles que dibujaba el viento para que él hablara y yo lo escuchara, sólo eso…

Él y yo hablando…

23 de julio de 2010

Tic-Tac


No recuerdo la primera vez que te vi... ni tampoco la segunda, pero poco a poco te has vuelto algo imprescindible dentro de mi vida, siempre te necesito cerca.

Tú, aquel que va marcando cada paso que doy, robándome esos segundos que se convierten en minutos, horas, días... Da igual si llueve, si hace sol, si nieva, él siempre es puntual sabiendo que, incluso aunque valla cinco minutos adelantado, yo siempre llegaré tarde. A él no le importa esperarme...

Sus manos siempre rozando mis segundos de vida, abrazándolos, y caminando siempre conmigo, no hace falta cruzar palabra... No importa si es antes o después, él siempre es constante, sin adelantarse, sin retrasos... Su voz, su sonido, podría sincronizarlos con latidos y mis pasos al andar. Eres paciente y poco a poco consumes cada segundo de mi vida.

Me envuelves en tus caricias, u voz siempre perceptible cuando debe serlo, cuando acude el silencio, siempre salvándome del frío silencio y la soledad. A cambio te ofrezco el calor de mis dedos y de mis manos rodeando cada centímetro de ti. Siempre hay tiempo para mirarte. Siempre, aún que sea imperceptible en algunos momentos, siempre me susurras el tiempo que pasas conmigo envolviéndome tu voz.

.....

Desde hace unos días... ya no eres puntual, sigo oyendo tu voz, sigo siendo rodeada por tus manos y sigues robándome los segundos de vida, pero ya no eres contante. No quiero perderte, has estado guiándome siempre, marcando mi tiempo y cada uno de mis pasos... No quiero perderte. Quédate conmigo, siento como tu vos se apaga lentamente, como te alejas de mí... ya no puedo oír tu voz... No quiero perderte...

Algunos días después de aquello, todo volvió a la normalidad, él vuelve ha marcar mi rumbo y mi camino, sigue acompañándome con su voz, ahora esta de nuevo ami lado. Siempre cerca de mí, siempre fiel, acompañándome el silencio, pero nunca callado del todo...

19 de julio de 2010

Miradas 2



Puedo verlo sentado delante de mí, en la habitación continua al salón, está trabajando. No se si recuerda que sigo aquí… Simplemente lo observo evitando no llamar su atención y que sepa que sigo esperándolo.
Odio este sentimiento… Su voz, sus manos, su media sonrisa… Es como si todo eso me manipulara y controlase mi cuerpo, mi alma… mis pensamientos…Me dijo que viniera y aquí estoy, puntual; tal como me había dicho. Lo odio… “No quiero dejarme llevar”. Sigo en el mismo lugar dónde me invitó a sentarme. Me dejo caer en el respaldo del sofá, apoyo la cabeza y cierro los ojos suspirando… Después los abro y continúo mirándolo.
-Ponte cómoda si quieres, no tardaré mucho…- Pero debió tardar más de lo que imaginé…
-Sí…- Me acuesto en el sofá y enciendo la tele.
Abro los ojos… ¿dónde estoy? Esto… esto no es el salón. Me quedo quieta… ni siquiera termino de abrir los ojos, me encuentro abrazada a su brazo izquierdo… tengo miedo de abrir más los ojos y mirarlo. Tengo miedo de que me arrastre, de que m eleve de nuevo… “No quiero que me arrastre otra vez…”
__________________________________________________
Puedo sentir cómo me mira, haciendo lo posible por no llamar mi atención… Lo siento. No es fácil ser la máxima autoridad en esta sucursal y llevar una relación seria con alguien… ya queda poco…sólo unas firmas más…
Odio no poder darte más tiempo, pero, es por eso por lo que eres tú la que está aquí, no me pides que te dedique más tiempo te conformas con lo que puedo ofrecerte… Debería dedicarte más tiempo.
Por fin todo ha terminado…
Me pregunto quién llamará ahora. Odio las llamadas de última hora que no pueden esperar… Enviar unos documentos que podría hacerlo mañana a primera hora… Supongo que es lo malo de tener horarios diferentes con la central. Todo terminado… Vaya, parece que he tardado más de lo que pensaba, verla tan dulce, durmiendo en el sofá, sin gesto en el rostro, tan delicada, tan inocente… Siempre consigue sacarme una media sonrisa en el rostro... como ahora… supongo que no le importará quedarse a dormir, de todas maneras… ya lo está.
Pensar en todas las cosas que se me pasan por la mente, cosas que podría hacerle en este momento… Siento como ella consigue que pierda en control con sólo mirarla. Como si me abandonara la razón; su piel, tan suave, su cabello, su rostro dormido y relajado…

...
Sé que está despierta y que no se atreve a mirarme, sus latidos siempre se aceleran cuando estamos juntos, cuando la abrazo, su corazón late muy rápido… Me pregunto si está pensando lo mismo que yo…
……
“No quiero que me lleve…”

25 de junio de 2010

Anime Munters

es una parodia de varios animes como Death Note, Naruto, Soul Etel, Harry Potter y algunas series y películas más y juegos y eso XD

en fn, está cargado de doble sentido y me encanta XDDD
aquí lo dejo ^^

http://www.newgrounds.com/portal/view/530371

8 de junio de 2010

Shark Attack

jaja bueno de paseo por el blog de FioriParty encontré esto: un juego en el que nos metemos en la piel de un Tiburón que causa el caos es el mar XD re tata de comerte, matar y ahora todo lo posible XDDD

Aquí dejo el link ^^
http://www.newgrounds.com/portal/view/533302

20 de mayo de 2010

Miradas

Fueron aquellos ojos a los que miraba, aquellos que tenía delante de mí, son ellos los que me observen ahora, siento que pueden saber todo de mí...

Esos ojos... a pesar de que su cuerpo tiembla, sus ojos no me temen... A pesar de que ella está en guardia, sus ojos brillan. ¿Emoción? ¿Qué es lo que siente? Son aquellos dulces ojos de siempre.

No se mueve... ¿Qué estará pensando, qué está viendo? No puedo descuidarme. Tampoco quiero luchar... Ambos somos enemigos. Pero...

Su gesto ha cambiado, su rostro, su tensión... ahora es mi oportunidad... ¿Huir o matarla? ¿Por qué, por qué mi cuerpo no reacciona? Tanto tiempo... Hace tanto que no nos vemos...

No puedo mirarlo, siento que mis lágrimas golpean mi pecho desesperadas por salir... ¡No! No quiero llorar más por él, no quiero que me vea débil... Soy igual que él...

Su rostro... Ha bajado la mirada, ¿por qué no me mira? Quiero ver esos ojos que he perdido durante tanto tiempo, ¿cuánto dolor habrá soportado? Puedo compadecerla, sus ojos, su rostro, sus gestos... Ha sufrido, puedo sentirlo...

Pasos... Alguien se acerca, ¿qué está haciendo? ¿Por qué? Esos ojos... ¿Por qué? No me mires, no me hagas mirarte, te odio... No me hables mirándome así, no te compadezcas con esa mirada... Te amo...

No puedo controlar mi cuerpo, necesito esa mirada, esos ojos. Son sólo míos...
-Déjame mirarte.- Su mirada... hace que todo desaparezca de mi mente. No llores...

Aléjate, no quiero mostrarme débil, no me toques, no me mires ¡Detente! ¿Por qué me ignoras sabiendo todo esto... Todo lo que estás sabiendo de mí ahora? No me infravalores...

Tan hermosa, tan dulce. Cómo siempre. Debe ser solo mía... No dejaré que nadie más te haga daño... Me siento culpable por abandonarte... No volveré a hacerte sufrir

Deja de utilizarme, sé que puedes leer mis pensamientos, no lo hagas... Quiero dejar de llorar... Quiero soltarte y dejarte marchar. No... déjame marchar... No quiero que vuelvas a arrastrarme...

Lo siento; no puedo controlarme. Quiero besarte... No dejes de mirarme. Aún si cierras los ojos, necesito saber que sigues conmigo. Tócame. Abrázame. Deja de llorar, no volveré a dejarte sola...

¿De qué han servido todos estos años si aún haces que me sienta frágil? ¿Por qué sigo acatando tus ordenes si ni siquiera me las dices...? ¿Por qué me dejo llevar? ¿Por qué el dolor desaparece?
-No te vayas...

Su voz, que dulce melodía, sus gestos, tan delicados... ¿por qué sigue tentándome? Es igual que la primera vez que la vi...

Vas a abandonarme, me lo dicen tus ojos, tus acciones, tus dulces movimientos, No llores... Siempre, siempre estaremos juntos...

...

Aquella noche no pude volver a concebir el sueño... Me desperté llorando, tenía miedo y me sentía sola de nuevo. Miré a la ventana mientras me encogía de piernas y las abrazaba con mis brazos... Que sueño tan doloroso... Dulce y doloroso...
-Te hecho de menos...

DESPERTAR II

Esa voz… Despierta, despierta, despierta…

Sintió una caricia. Suave, cariñosa. Un susurro cerca del oído "Despierta". Ladeó la cara hacia la voz femenina. Un sueño. He tenido un sueño horrible, pensó. A salvo. Ya todo ha pasado.

Una caricia, un beso, un susurro... "Despierta".

Intentó abrir los ojos, pero no pudo… No. Intentó tocarse la cara, pero tampoco pudo… No. Y entonces se dio cuenta. Seguía en aquel lugar, aquel lugar oscuro y silencioso. Gritó desesperado. Noooo… Rabia, Decepción. Y entonces se dio cuenta, podía hablar… "Suéltame, suéltameee…"

Una risa, una caricia, un beso, un susurro… "Tranquilo, tranquilo… Todo está bien. No tengas miedo. Pronto acabará todo".

Una sonrisa, una caricia, un beso, un susurro… "Muy pronto, mi pequeño. Muy pronto…"

Una caricia, un beso, un dolor agudo, punzante. Un grito desesperado, placer. Placer ilimitado.

Lloró. Lloró en silencio mientras sentía su sangre salir de él. Lloró mientras sentía esa mezcla de dolor y placer. Lloró. Lloró y se dio cuenta de que nadie lo encontraría jamás en aquel lugar oscuro y silencioso.

SILENCIO


La habitación no estaba iluminada pero ella podía ver con claridad. Estaba de pie, junto a él. Aquel cuerpo grande y fuerte. Aquel joven guapo y atractivo, hermoso, lleno de vida.
Podía oír su respiración, pesada, agitada. Podía oír su corazón, acelerado como un tambor. Podía oír cómo se movía, cómo intentaba gritar, pedir ayuda, cómo intentaba liberarse, cómo intentaba escapar… Pero no podía. Ella lo sabía bien. Él no podía escapar.
Ella estaba allí, junto a él, de pie, observando. Ella sabía que él pensaba que estaba solo, que no había nadie que pudiera ayudarlo. Pero ella estaba allí, observándolo.
Él dejó de moverse, de pelear, de gruñir… Y ella continuó allí, observándolo durante un tiempo. Entonces, ella, se dio cuenta. Estaba agotado, rendido. Se había quedado dormido.
Ella se acercó. Se puso frente a él. Lo miró con dulzura, acarició su pecho desnudo, retiró la venda de su boca, lo besó. Acercó sus labios a su iodo y susurró… Despierta…

DESPERTAR I


En cuanto despertó se dio cuenta de que algo no andaba bien. Le costaba respirar, le dolía el pecho cada vez que cogía aire. Intentó pedir ayuda pero nada salía de su boca.
Intentó abrir los ojos pero algo los aprisionaba. Intentó tocarse la cara, palpar qué era lo que le impedía ver, y entonces se dio cuenta. Estaba atado. Su cuerpo pendía de unas cadenas que lo sujetaban por las manos; todo su peso sujetado por las muñecas. Por eso le costaba respirar.
Movió los pies. Los tenía también atados pero, al menos, tenía algo de movilidad. Estaban sujetos por los tobillos, las cadenas tensaban hasta el suelo. Podía ladear levemente los pies hacia los lados aunque seguía sin conseguir gran posibilidad de movimiento.
Pensó en su situación. Atado de pies y manos, vendado ojos y boca. Silencio. No pudo escuchar nada más. Jamás había escuchado tal cantidad de silencio. Su corazón acelerado, su cansada respiración. Eso era lo único que podía oír.
Se sintió agotado. No podía hacer más que esperar. Esperar en la oscuridad y en el silencio. Tal vez sólo fuera una broma pesada. Tal vez sólo querían darle una lección. Tal vez… Tal vez alguien lo encontrara, allá donde estuviera, en aquel lugar oscuro y silencioso.