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14 de febrero de 2012

Halloween Hotel I


Halloween Hotel


??: ¡ Caroline, corre !


La mujer empezó a subir escaleras arriba todo lo rápido que podía...mas bien lo que el vestido le permitía, era un vestido bastante ajustado, aunque estaba ya bastante desgarrado por la carrera que se había pegado por todo el recinto, y los numerosos traspiés que había sufrido, el color original del vestido ya apenas podía reconocerse a pesar de que era blanco, estaba todo lleno de tierra y sangre.

Su piel había pasado de un rosado lleno de vida a un color blanco de miedo y muerte, en su cara se reflejaba un horror indescriptible, sus lagrimas se mezclaban con el sudor que producía su piel, y el gran pánico que se apoderaba de ella hacia estragos en su respiración. Forzaba sus piernas al limite para poder llegar cuanto antes hasta arriba de las escaleras, no era consciente de donde se dirigía lo único que ya le importaba, era ¡ correr, correr !...para poder salvar su vida.


Justo antes de subir el último tramo de la escalera, la gran alfombra de color azulado, que cubría toda la superficie hizo que resbalara al suelo a causa de sus pies desnudos, ya no se acordaba de que había perdido sus zapatos en un momento de su recorrido, que ahora le era imposible recordar. Su barbilla fue a parar a unos de los escalones, por suerte sus manos habían amortiguado gran parte de su caída y apenas se hizo un pequeño golpe.


Caroline podía notar perfectamente como le costaba levantarse a causa de sus temblores en las piernas y manos, gran parte de esos temblores provenían del miedo a aquella situación a la que se encontraba, y no al cansancio que suponía haber estado corriendo casi toda una tarde...intentando alejarse de ese ser.


Volviendo a la carrera lo mas rápido que podía estando en su situación, acabó de subir los últimos peldaños, y observó como un pasadizo se extendía delante de ella. En el pasadizo pudo observar asombrada la cantidad de puertas que había en cada lado de las paredes, hasta llegar al fondo de la pared, el corredor tampoco estaba muy iluminado ya que gran parte de las lamparas que estaban colgadas en la pared estaban rotas, dejando un montón de cristales en medio del camino.


La chica empezó a correr, mientras intentaba abrir por azar algunas de las puertas que iba pasando, todas sin éxito.


Caroline: ¡ Por favor !...¡ Ábrete !

Su desespero iba creciendo por momentos, mientras golpeaba con los dos puños en una de las puertas, con cada lagrima que vertían sus ojos, notaba como sus fuerzas disminuían, hasta que el desconsuelo fue mas grande que ella y dejo de golpear la puerta, para dejarse caer de rodillas al suelo y apoyando su cabeza en ella...suplicando a que algo la abriera.


Caroline: Por favor...ábrete...¡ maldita sea !


Esas ultimas palabras las repitió un par de veces mas, aunque cada vez con menos intensidad, hasta que oyó un enorme estruendo...parecía el de un disparo de alguna clase de arma por su parecer una escopeta, que provenía de aquellas escaleras que había dejado a mitad de camino...aquellos sentimientos de amor a su novio, él cual había quedado rezagado atrás, para que ella pudiera salvarse la impulsaban a que volviera a bajar aquellas escaleras, pero...otro sentimiento mas poderoso...el miedo le decía que corriera, y su consciencia le decía “ si bajas ahí, no es seguro de que lo encuentres con vida,...mejor ¡ corre, corre...salva tu vida !.


Todo aquello mezclado con su gran desesperación de que todo acabase ya...tuvo una reacción a la de un grito de aflicción, pronunciando el nombre de su compañero sentimental.


Caroline: ¡¡¡ Maaaaaaaaaaaax !!!


Vuelve a levantarse del suelo y empieza a correr hasta el final del pasillo, mirando hacia atrás, rezando...¡ suplicando !, a no volver a ver aquel rostro, que había acabado con la vida de todas las personas que había dentro del recinto.

En el transcurso de aquella carrera, al ver que no aparecía ningún rastro de vida en aquellas escaleras que de cada vez quedaban mas lejos, le produjo un gran nerviosismo al no saber cuando llegaría su hora...ya que morir, sabia que iba a morir en ese lugar, y solo el pensamiento de la cara de su verdugo le helaba la sangre...la suerte no estaba de su parte, y un cristal se le introdujo debajo de la carne de uno de sus pies, provocando que cayera de dolor al suelo.

Caroline: ¡ AAAHHHH ! ¡ DIOS !


Rápidamente se puso su mano izquierda en la boca, mientras que con la derecha intentaba sacarse el cristal. Su boca fue apretando mas y mas su mano, hasta empezarle a sangrar, y tanto su rostro como sus lagrimas podían describir lo doloroso que resultaba, aunque eso no era excusa para dejar de perder detalle de si alguna sombra, o el mínimo indicio de que alguien o algo, estuviera subiendo esas escaleras.


Cuando consiguió deshacerse de ese molesto objeto, volvió a levantarse y siguió corriendo hasta el final del pasillo, cojeando y dejando un rastro de sangre por donde pasaba.


Caroline: que alguien me ayude...por favor, dios mio


Esa frase apenas sus propios oídos habían podido escucharla, antes de llegar al final del pasillo, intentó abrir una de las puertas que parecía mas desgastada que las otras, ya que parecía algo forzada, por unos arañazos y golpes que se le podían ver. Sus manos estaban llenas de cortes y con sangre seca, no paraban de temblar...tanto eran sus temblores que el pomo de la puerta se le resbalaba de las manos.


Volvió a echar un vistazo por el rabillo del ojo al principio del pasillo, y lo que vieron hizo que el corazón se le parara unos instantes y luego le diera un fuerte dolor en el pecho.


Una sombra en el suelo se extendía, comenzando del último peldaño, Caroline volvió a poner atención en la puerta.


Caroline: ¡ Ábrete !...vamos...¡ Ábrete !


Y la puerta se abrió.

La chica cerró la puerta con cerrojo. La habitación tenia una ventana al fondo de la pared, en la pared derecha y comenzando desde la puerta había un armario bastante viejo, y una cama colocada horizontalmente, y en la pared izquierda a penas había un trozo de tubo de metal oxidado, y un cuadro colgado lleno de polvo.

En esa habitación hacía años que no entraba nadie, las paredes estaban descoloridas, y Caroline soló hacía pasar la mano en el muro, que ya era suficiente para que la pintura cayera al suelo.
En esos instantes lo único que se escuchaba en aquella habitación, era su respiración. De pronto un nuevo ruido se hizo escuchar detrás de la puerta, alguien estaba intentando abrirla, el pomo empezó a moverse hacia un lado, ella estaba asustada pero...sabia que no podría entrar porque estaba cerrada.

??: ¡ Caroline !, ¡ Abre la puerta !...¡ Caroline !

La chica nunca se había alegrado tanto de oír esa voz, como aquella noche.

Caroline: ¡ Max !...¡ eres tú?!


Max: ¡ Sí !...¡ Abre la puerta !

Quitó el cerrojo sin pensarse-lo dos veces, y dejó entrar a su querido chico. Era de pelo oscuro y corto, de grandes espaldas, tenia un cuerpo bastante atlético, su ropa estaba en las mismas condiciones que su chica, rota y sucia.


Seguidamente volvió a cerrar con llave la puerta...desesperada, y muy nerviosa se lanzó a los labios de Max, después se aferro con mas fuerza aún al pecho de esté, llorando con intensidad.

Caroline: ¡ No quiero morir !...¡ Quiero salir de aquí !


Max la cogió por los dos hombros, la apartó de su cuerpo y la miró a la cara.


Max: ¡ Caroline !...tranquilízate todo va a salir bien.


Caroline: Los...los a ma...matado a tod...


Antes de que pudiera acabar la frase, Max la soltó de los hombros, y con una de las manos le tapó la boca para que no pudiera hacer el menor ruido.


Caroline miró a los ojos de Max para saber porque no le había dejado acabar de hablar, y se dio cuenta que le estaba señalando algo con los ojos, se giró mirando a la puerta y observó...como por debajo de esta había una sombra que se movía, los ojos de Caroline se abrieron como platos, y su respiración volvió a acelerarse.


Max al ver la reacción de su chica, y por miedo a que gritase, la cogió por el antebrazo izquierdo y ella se giró, esté pudo observar en la cara de su novia, la cara de terror que tenia y aquellos ojos que brotaban lagrimas sin parar. Max con las dos manos la cogió por el cuello y la besó muy fuertemente en los labios, luego le señala el armario con su mano.


Ese movimiento no vino acompañado de ningún movimiento, ni palabra...aunque fue suficiente para que Caroline comprendiera, que lo que quería Max era que se escondiera dentro del armario.


Asustada, con las manos y piernas tensas y con unos ojos irritados que no perdían detalle de cualquier movimiento a su alrededor, se acercó al armario con cautela...lo abrió y el cuerpo inerte de una chica cayó del interior, a los pies de Caroline.


Está al ver ese panorama, se puso las manos en la boca y se arrodilló al lado de la chica.


Caroline: ¡ So...Sofia !


La chica era rubia y tenía los ojos azulados, abiertos casi fuera de sus órbitas, la boca estaba medio abierta con los labios pintados de negro excepto por un hilo de sangre que resaltaba....su cara reflejaba el horror que había vivido antes de morir. Presentaba múltiples heridas en el estomago y costillas, seguramente hechas por un enorme cuchillo, ya que Caroline asustada y llorando, pasó con su mano por un profundo corte que tenia en el cuello. Max fue a su lado y la abrazó fuertemente.


De Pronto...


¡ BASH !


Un enorme puño había atravesado la puerta de madera desde el exterior, y dejando un enorme agujero.


Max cogió el trozo de tubo de metal oxidado, y se puso al lado izquierdo de la puerta, seguidamente con la mirada le ordenó a Caroline que fuera al fondo de la habitación.


Otros tres fuertes golpes se oyeron, y la puerta cayó al suelo hecha añicos...un extraño estaba en el umbral, vestía ropa vaquera como de mecánico y tenia la cara cubierta por una máscara blanca que no transmitía ningún tipo de sentimiento, entre sus manos gruesas y manchadas de sangre sostenía una escopeta.


Caroline que estaba con la espalda en la pared, notó como ese individuo la miraba fijamente...su corazón estaba a punto de salir-le de la boca.

Caroline: Q-Qu-Que quiere?


Su voz sonó temblorosa, aunque esperaba algún tipo de respuesta...pero no fue así...esa persona soló empezó a caminar hacia ella con el cañón de la escopeta apuntándola.


Max cuando lo vio entrar en la habitación, lo golpeo en los brazos con la biga de hierro, haciéndole soltar el arma al suelo, el enmascarado se giró hacia él pero lo único que consiguió fue recibir otro golpe en la máscara, este retrocedió y Max sin descanso volvió a golpearlo...cuanto más lo golpeaba lo único que hacia era retroceder, pero parecía como si los golpes no le dolieran.


Max: ¡ Eres un...maldito...asesino !


El chico ya estaba cansado de golpear a aquel individuo, que no caía al suelo por muchos golpes que le diera...la pequeña pausa que hizo para recoger fuerzas fue su perdición.


El Psicópata fue a por él, y Max para defenderse, echo mano de nuevo a la barra de metal, que esta vez también fue agarrado con las manos del otro. Los dos forcejearon por un rato, mientras Caroline observaba la escena asustada y sentada al suelo con temblores por todo el cuerpo, hasta que el objeto usado como arma y Max fueron lanzados contra la pared, haciendo que del golpe el cuadro que estaba colgado cayera al suelo hecho añicos, dejando al descubierto un enorme clavo.


Max cuando fue a levantarse del suelo, sus ojos solo captaron las botas marrones y desgastadas de aquel individuo, el enmascarado agarrándolo por el cuello lo levanto del suelo y se miraron fijamente a los ojos por un momento. Max pudo notar con esa mirada, que su muerte estaba muy próxima. Caroline se levantó del suelo y entre sollozos y gritos, repitió una frase una y otra vez.

Caroline: ¡¡¡ NO LO MATES !!!...¡¡¡ NO LO MATES !!!...¡¡¡ PORFAVOR !!!

Max al ver la reacción de su amada chica, la miro por un instante con una sonrisa...y con lagrimas en los ojos le dedicó sus ultimas palabras.


Max: Te amo...¡¡¡ CORRE CAROLINE !!!


El asesino al oír esas ultimas palabras, agarró al chico por la cabeza y con su brutal fuerza...empalo la cabeza de esté en el clavo de la pared. Caroline al ver esa reacción quedo completamente helada, ni siquiera ya podía pronunciar el nombre de su querido novio, al ver su cuerpo temblando y colgado en la pared como si de un abrigo se tratara...y sus ojos que ya habían perdido la luz de la vida, y aquella boca abierta con un riachuelo de sangre cayendo por él.

Estaba tan concentrada observando a su novio, que ni siquiera se había dado cuenta de que el asesinó se había agachado para coger la barra de metal, y se había acercado a ella.

Caroline que ya no podía ir mas al fondo, decidió ir más a la derecha, cada paso que daba hacia atrás, el otro la imitaba.

Puso sus brazos en medio de ellos dos para protegerse, y sus ojos no perdían de vista aquellos brazos que sujetaban la barra de hierro hacia ella...lo miro a la cara y cogió aire.

Caroline: Qu-Qu-Que pretendes?...Qu-Qu-Quien eres?


Su espalda tocó la pared, y eso provocó que mirará por unos instantes hacia atrás para afirmar que no podía retroceder más, esté aprovecho para empalarla con la barra de metal en la pared.


Con la vida que se le escapaba de las manos, Caroline tocó con sus manos, aquel objeto frío que atravesaba su estomago y luego con las ultimas lagrimas en los ojos, miró a aquel hombre que la miraba de una manera curiosa torciendo su cabeza hacia un lado...y los ojos de Caroline se cerraron.


La ultima persona que quedaba viva en esa habitación, que sin duda no tenia ningún remordimiento, se quedó mirando a Caroline y a Max en el umbral, seguidamente les dio la espalda y abandono aquel lugar dejando un rastro de muerte.





Diez años mas tarde...




Continuara...

2 de octubre de 2011

No dejes de mirarme


Aquella tarde… sabía que algo malo iba a pasar, lo presentía, como cuando sabes que va a llover, que va a haber una tormenta… Yo lo sabía…

Tenía el horrible presentimiento desde hace unas semanas atrás, mi casa, mi hogar, el lugar más seguro que yo conocía, pues… “esa” tarde dejó de serlo para siempre…

Aquellas dos últimas semanas había soñado lo mismo, mi pasillo, el pasillo de mi casa… eran las 00.00 de la noche, me levantaba como muchas veces antes de dormirme por última vez para ir al baño… Maldigo ahora aquel paseo…

Al encender la luz… como si de un destello se tratase… aquella mirada, aquel rostro me paralizó unos minutos… El pelo largo y oscuro, una cara seria, una mirada oscura y muy profunda, sin brillo, una piel pálida… Aquella cosa me miraba fijamente… cómo buscando algo por lo que culparme, intentando averiguar que había hecho mal…

Me desbloqueé cuando agité mi cabeza a ambos lados y, por un momento, aquella mirada desapareció de mi mente. De verdad que no podía creerlo, aquello no solo era inquietante, si no que sentía de alguna manera que me seguía mirando y observando, cómo si estuviera detrás de mí o en frente, mirándome…

Me era imposible pasar con el pasillo sin tener que dar un pequeño acelerón para llegar antes a la cocina o al comedor… Aquel eterno pasillo, la habitación que quedaba a mono derecha cuando salías de mi habitación en el centro del pasillo… Todo ese trayecto no parecía formar parte de mi casa…

Dicen que esas visiones son sólo fruto de nuestra imaginación, que son todo mentira, y que sería imposible que alguien del otro mundo pudiera hacernos daño… pero… Ahora ya no se si eso es verdad…

Cuando volví a dirigirme a mi habitación, estúpidamente se me ocurrió volver a repetir la misma escena de antes, quedarme mirando a aquel espejo que reflejaba el infinito pasillo… Aquella figura volvió a parecer, esta vez inclinó un poco la cabeza en señal de pregunta, como si se preguntase si estaba sorprendido… Mis piernas empezaron a temblar… Su boca se entreabría en señal de decir algo… y… una especie de sangre negra empezó a salir de su boca… Simplemente podía gesticular un poco, su rostro no tenía expresión, sus brazos estaban relajados a ambos lados, yo solo quería salir de allí e ir lo más lejos posible. Mi habitación en la primera puerta a la derecha al salir del baño… Está pegado al aseo…

"Por favor dime que esto no es verdad" pensaba mientras cerraba los ojos con fuerza y los volvía a abrir, 
"Por favor desaparece…" Volvió a ordenar mi mente. Aquella figura desapareció cuando los abrí. Tras coger aire y mirar hacia el suelo, volvía mi cama y, a pesar de que me desvelé por completo, el sueño fue más fuerte y me dormí.

El día siguiente fue totalmente normal, la clase, mis amigos, incluso yo, era como si aquel recuerdo sólo me atacase cuando estaba solo por las tardes, De verdad me negaba a salir y cruzar ese pasillo, mirara a ese espejo, volver al aseo, lo que fuese, me daba igual… Tenía miedo. Miedo de algo que supuestamente no existía, pero yo estaba seguro de lo que había visto…

Me negué a contárselo a alguien, mis padres y mis amigos no me creerían, incluso la psicóloga del colegio… pero ella no me resolvería el problema… Volví a casa y me encerré en mi habitación… Al cabo de unas horas… Estaba lavándome las manos por alguna razón que no recuerdo en el aseo… levanté la vista y allí estaba. Aquel rostro pálido, aquel cuerpo esquelético, esos ojos que no decían nada, esa boca que intentaba abrirse costándole muchísimo esfuerzo…

-¿Q… quién... eres…?- dije temblando y paralizado. Sin embargo aquella cosa, o persona o lo que fuese, no podía gesticular palabra… simplemente se oía una especie de burbujeo por aquella sangre que emergía de su boca al intentar hablar…

-¿Vas ha hacerme daño? Por favor… ¿qué eres…?- sentía cómo estaba empezando a llorar y cómo esas lágrimas salían de mis ojos. Notaba que mis manos y piernas estaban casi clavadas en el suelo y cómo mi rostro se parecía cada vez mas al de esa cosa que estaba tras de mí… Su mano… vi como su mano se levantaba lentamente, como si eso también fuese muy costoso… como manchaba sus manos con aquella sangre y se disponía a acercarlas hacia mí…

Aquella mano pasó por mi lado derecho dirigiéndose al cristal… como para escribir algo… Su manos, aquella mano era real, era de carne y hueso, de un blanco azulado, y aquello era sangre de color negro…
Inevitablemente mi cuerpo se giró al ver aquello, simplemente… Mi rostro palideció más, lo sentí; me mareé… Lo último que vi antes de estar aquí fue una especie de grito fatal y cómo ese cuerpo se caía sobre mí…

...

Es una niña preciosa… Se está mirando al espejo… Su rostro está palideciendo como él mío en aquel momento… mire mi cuerpo por un momento…

" ¿Qué soy? ¡¡Qué es esto!! Yo... yo soy…no puedo gesticular... ni hablar…" oigo mi voz en la cabeza… Pero… la luz se apaga y no puedo ver nada…

Esa niña… es preciosa de verdad… ¿Otra vez vuelve a mirarme? ¿Acaso puede verme…? Siempre han dicho que los fantasmas no existen… Pero…

-¿Qué eres tú…?- habla tan paralizada y asustada como cuando lo estaba yo… Intento abrir la boca… cuesta mucho… ella empieza a gritar… Puedo ver cómo… aquella sangre sale de mí… Soy… soy ese rostro blanco que no dice nada cuando lo miras a los ojos… ¿Qué soy?

No debe girarse…

Alcé mi mano para escribir puesto que me es imposible hablar… pero…

-No, no me hagas nada…

"No te gires por favor" Pero ya se está girando… Y grita…


Lo siento…

16 de noviembre de 2010

Un día muy extraño

Dicen que los niños son capaces de ver a los muertos, yo pensaba que su inocencia era la ventaja que tenían para poder verlos, el no saber si es malo o bueno, no saber qué les va ha pasar... Pero jamás pensé que eso le pasaría a mi hermano.

...

Aquella tarde Hanna se quedó un poco más de lo debido en el instituto, cuando se dio cuenta que no podría salir, evitó ser descubierta y lo único que pensó fue en esquivar como pudo al personal de la limpieza e intentar salir corriendo… Pero, se despertó en el gimnasio, sin recordar exactamente nada de lo que había hecho hacía unos minutos o poco antes de quedarse durmiendo.

Estaba muy aturdida, le pesaba el cuerpo sus brazos sostenían con esfuerzo su cuerpo que a la vez también reposaba en sus piernas; estaba sentada, mirando a su alrededor intentando recordar que hacía en el instituto tan tarde o cómo se había quedado durmiendo en el gimnasio y nadie se había dado cuenta de ello. Se levantó muy mareada e intentó salir del gimnasio.  Se dirigió lenta y pesadamente hacia la puerta que daba al pasillo que conectaba las aulas y el gimnasio…

-¿Por qué está abierta? Tengo entendido que hay clases por la tarde, pero,  ¿el gimnasio?
Después de conseguir salir del gimnasio se dirigió a la puerta de salida, exactamente por la puerta principal, miró el reloj que había en la entrada, las 3… y desde luego era de noche. Muy extraño que el gimnasio estuviera abierto. Ya que no tenía nada que perder, abrió la puerta que daba al hall de la entrada, y abrió. Esto era desde luego muy raro, no había nadie en el instituto, era muy raro que todas las puertas estuvieran abiertas, asique suponiendo que la principal estaba abierta, la que daba a la calle estaba claramente cerrada, por lo que saltó la valla que completaba la puerta.

Se dirigió a su casa y lentamente caminó por las calles, sin hablar con nadie, sin si quiera cruzarse con alguien, llegó a casa y entró en su habitación son hacer ruido. Se acostó y se levantó al día siguiente. Se arregló y corriendo llegó al instituto de nuevo, llegaba tarde debido al paseo de anoche. Se sorprendió mucho al ver que nadie la miraba, que nadie le prestaba atención, todos habían formado un círculo alrededor de algo, y no pudo pasar a  ver que era. La gente se abarrotaba y se empujaba mientras curioseaba y murmuraban que era una chica que había muerto.

Era difícil de creer, en aquella zona no solía pasar nada, de hecho algunos accidentes que hubo eran calmados gracias a una patrulla que se pasaba por el instituto para evitar cualquier pelea o temas de drogas. Pero algo como un asesinato… Poco a poco la gente empezó a disiparse y los enviaron todos a casa y se dio de baja hasta nueva orden.

El instituto fue cerrado y prácticamente desalojado, nadie, absolutamente nadie excepto la policía podía entrar en el edificio, eso la dejó fuera de juego, nadie le hacía caso, sus padres no estaban en casa y nadie le había dirigido la palabra en todo el día. Puesto que se vio totalmente ignorada fue a casa, dejó de nuevo la mochila y simplemente se tumbó en la cama. Empezó a recordar levemente que es lo que había pasado. Anoche, anoche ella se quedó encerrada en el instituto, y... después se levantó en el gimnasio… ¿Qué estaba pasando…?

Mientras escuchaba algo de música le pareció que alguien abría la puerta. Se asomó y vio a su hermano pequeño algo triste. En seguida fue a preguntarle si le había pasado algo malo en el colegio.

-No, estoy bien… pero… No es nada, ahora ya estoy bien.- él había cambiado su rostro.

-¿Seguro que no te ha pasado nada?- volvió a preguntar ella.

-Seguro, Hanna, ya estoy mejor, pero no le diré a mamá y a papa que ayer llegaste tan tarde o se enfadarán mucho contigo.

-Muchas gracias, Mike, eres un cielo, y recuerda que si te pasa algo sólo tienes que decírmelo…

-Claro...- decía poco antes de cerrar la puerta de su habitación para hacer los deberes.

Su hermano, era menor, unos 8 años menos que ella, lo que ahora lo situaba en 8 años, a pesar de la diferencia de edad, ambos se llevaban muy bien y eran inseparables, desde que Mike nació ella siempre había estado ahí para él, siempre jugaban juntos y siembre lo defendía de los acosadores del colegio. Mike era pequeño, algo más bajito de no normal para su edad, lo que hacía que en muchas ocasiones sus compañeros se reían de él lo que hizo que nunca trabara una alianza muy fuerte con otras personas que no fuera su hermana y la vecina, que iban siempre juntos, inseparables y siempre dispuestos a ayudarse.

Cuando tocaron a la puerta Mike se adelantó a abrir, era la vecina, como siempre para merendar o hacer los deberes juntos. Pero ella aquella tarde no entró en el comedor, siquiera en casa, le dijo algo a Mike y volvió a su casa.

-¿Hoy no tenéis deberes?- le dijo asomada desde la puerta a Mike

-No, no es eso… Ella dice que su madre no la deja venir hoy…

-¿Está castigada?

-No creo, ella no ha hecho nada, seguramente… tiene algo que ver con la llamada de esta mañana que han recibido mamá y papá…

-¿Qué llamada y… dónde están mamá y papá?- le siguió preguntando

-No lo sé, la abuela me ha llevado y recogido del colegio, asique no se qué ha pasado, mamá y papá se han alterado mucho y se han ido sin desayunar ni nada… Pero no sé a dónde, tampoco se lo han dicho a la abuela…

-Y desde esta mañana… ¿Aun no han vuelto o casa?- preguntó mirando Hanna al resto de la casa.

-Parece que no, por cierto… ¿has comido algo?

-No, todavía no, pero no tengo apetito… Hoy ha pasado algo muy raro en el instituto…

-¿El qué?

-Por lo que he podido oír… Parece que han encontrado el cuerpo de una chica en mitad del pasillo central del instituto…

-¿E… En serio? – dijo el muy asustado

-Sí, seguro mañana en las noticias si no esta misma tarde…

-¿Y has visto quien era… ? A lo mejor la conocías.

-Lo he intentado, pero había tanta gente que no podía pasar, asique he vuelto a casa, Por lo visto hasta nuevo aviso no podemos ir al instituto…

-Vaya… qué morro, te saltarás clases…

-No es divertido, una persona ha muerto…

-Lo siento…- dijo algo apenado.

-Hazte algo de comer si quieres, estaré en mi habitación por si necesitas ayuda…

-Valee…- dijo Mike dirigiéndose a la cocina.

Aquella tarde Hanna intentó seguir recordando que había pasado aquella noche, pero tampoco tuvo resultados, una canguro llegó para recoger a mi hermano y llevárselo a algún lado… pero yo sólo lo supe por una nota que dejó en su escritorio…

De nuevo pasaban cosas raras… Por curiosidad respecto a la victima que esta mañana en el instituto, encendió la tele y se sentó en el sofá… Los informativos estaban empezando…

Noticia de última hora… la niña encontrada esta mañana en el instituto ha sido localizada como Hanna, sus padres han verificado su identidad y se ha confirmado la causa de la muerte… Fue violada y asesinada por el guardia de seguridad que llevaba, según dicen sus compañeros, acosándola desde hacía unos meses…
Hanna se miró más manos, el mando de le había caído, fue al espejo y se miró, y su rostro se demacraba lentamente hasta dejar un pútrido rostro deforme y con una expresión de horror aún caían las lágrimas derramadas en la violación… Su rostro de desfiguraba, su piel se caí a trozos, aquel ente negro detrás de ella la alarmó de tal manera que la paralizó. Aquella cosa le sonreía macabramente. La lluvia de imágenes que le golpeó con todo lo que había sufrido en un instante fue suficiente como para matarla de nuevo, pero ahora simplemente desapareció mientras seguía sonando de fondo la canción titulada Réquiem de su grupo de música favorito.