Mostrando entradas con la etiqueta Delthora. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Delthora. Mostrar todas las entradas

29 de diciembre de 2012

Blood on Blood - Anna Tsuchiya



Noche incompleta
luz desagradable
miles de niños están llorando
Entra
y cierra tus ojos
Miles de incendios sacuden dentro de ti
vende tu alma, dulce locura

Incomplete night 
Unpleasant light 
thousands of children are crying 
Come inside 
And close your eyes 
thousands of fires burn inside you 
Sell your soul sweet insanity

Hubo un día en el que pensé que nunca más volvería a sufrir. Hubo un día en el que pensé que todo se habría acabado. Cerré mis ojos y decidí que todo había acabado. Pero no fue así, seguía oyendo los gritos dentro de mí, seguía oyendo aquella voz que me llamaba desesperadamente y me perseguía hasta que consiguió alejarme de todo aquello que yo había conseguido.


Crueldad
esclavitud
Miles de asesinos están respirando
voltéate
y corre
¿No has sufrido lo suficiente?
vende tu alma, dulce locura

Cruelty 
Slavery 
thousands of murderers are breathing 
Turn away 
And run away 
Haven't you surfed enough now? 
Sell your soul sweet insanity 

Pero a pesar de que me salvaron de aquella oscuridad que me cegaba… nada ha cambiado lo más mínimo. La gente sigue muriendo fuera, nadie hace realmente nada porque mi dolor se calme, nadie puede ayudarme. ¿Lo ves? Todo sigue igual, a pesar de haber intentado huir, a pesar de intentar huir, a pesar de correr y esconderme, nada ha cambiado dentro de mí. Te entrego a ti oscuridad mi alma.


La libertina palabra

que no quiero saber, está cayendo dentro de mi
Para ser liberada de todo esto
quiero acelerar mi final, en este mismo momento

The dissolute word 
That I don't want to know is falling inside me 
To be freed from all of this 
I want to quicken my end right now


Esa palabra sigue gravaba dentro de mí, de todo mi ser, ella tiene escrita en su corazón mi nombre, no va a cambiar nada que la gente intente salvarme. Ahora puedo dejar que todo esto se acabe de una vez por todas, quiero morir.


Sangre en sangre
es hora de decir "buenas noches"
libera tu vida
y mira fijamente la oscuridad, que ahí dentro de mi

Blood on blood 
It's time to say goodnight 
Release your life 
And stare into the darkness inside me 

Ahora todo se está acabando, puedo sentir mi vida deslizándose por mi piel empañándolo todo del adiós, buenas noches a todos, mis días se acaban. Lo siento por todo el esfuerzo que me dedicaste, ahora quiero que mires lo que realmente salvaste y de lo que sirvió. Olvídame.


Descompuesta
herida otra vez
estas asustado y tembloroso
mira adentro
mi sacrificio
la desesperación ha caído sobre mi
vende tu amor, dulce locura

Broken down 
Hurt again 
You're frightened and trembling 
Look inside 
My sacrifice 
Despair has fallen over me 
Sell your love, sweet insanity 

¿Lo ves? Mi herida esta vez es más profunda, sé que sufrirás y lo siento, puedo verte como entras a la habitación peor ya es tarde. Mira en mí, mira lo que tienes delante, esta es mi verdadera yo, esta soy yo. Ya no puedo aguantar más esto. Peor no es tu final, tu puedes seguir tienes la fuerza para ello, véndele tu amor a alguien que de verdad lo merezca, estoy podrida por dentro, llena de esta oscuridad que ahora me arropa. Libérate.


La libertina palabra
que no quiero saber, está cayendo dentro de mi
Para ser liberada de todo esto
quiero acelerar mi final, en este mismo momento

The dissolute word 
That I don't want to know is falling inside me 
To be freed from all of this 
I want to quicken my end right now 

Y sé que hago daño mientras ves como mi cuerpo termina tirado en el suelo desangrado, sé que pensabas que todo eso ya había pasado, pero como ves esa oscuridad sigue dentro de mí, esa palabra seguía recorriendo mis pensamientos y ahora es el momento de terminar. Ahora.


Sangre en sangre
es hora de decir "adiós",
libera tu vida por mí
o estarás temblando, hasta que partas

Blood on blood 
It's time to say good-bye 
Release your life for me 
Or you will shiver, till you deliver 

Adiós y gracias por creer en mí, en que tenía la fuerza para aguantar este salvaje mundo, gracias por acompañarme hasta l final de los días, ojala no hubieras entrado en este último momento, lo siento. Se libre ahora y continua tu vida, esto es simplemente un adiós que yo elegí para mí, pero tu aun puedes seguir, sé que lo harás. Vete… no llames a nadie, nadie puede salvarme Ella ya está aquí, vete y no te preocupes por mí.


Ahora me quieres
¿Ahora lo quieres todo?
Mi sangre es fría como hielo
déjame salir, y déjame morir

Now you want me 
Now you want it all? 
My blood is cold as ice 
Let me out and let me die 

Ya no puedo dar marcha atrás en el tiempo, no me arrepiento de nada asique no lo hagas tú. No puedes querer nada de mí ahora, mírame, estoy muerta, desangrada. No te hundas en el mimo abismo que yo. Vete de aquí de una vez, abandóname para que pueda irme tranquila, déjame ir, ya no puedes hacer nada por mí, estoy helada, muerta ¿lo entiendes verdad? No puedes salvarme, no pudiste en aquel entonces y no podrás hacerlo ahora nunca. No merezco tanto llanto ni culpabilidad, yo tomé la decisión. Sólo yo.


La libertina palabra
que no quiero saber, está cayendo dentro de mi
Sangre en sangre
es hora de decir "buenas noches"
libera tu vida
y mira fijamente la oscuridad, que ahí dentro de mí.

The dissolute word 
That l don't want to know is falling Inside me 
Blood on blood 
It's time to say goodnight 
Release your life 
And stare into the darkness inside me 

Buenas noches, gracias por brindarme esta vida de paz, pero no era posible que todo terminara bien, lo siento, no soy tan fuerte como tú. ¿Ves está oscuridad que me rodea? Ahora es el momento en el que te toca a ti buscar tu luz resplandeciente en otra persona, yo ya he acabado. Siento haberte involucrado. Buenas noches…


Sangre en sangre
es hora de decir "adiós",
libera tu vida por mí
o estarás temblando, hasta que partas

Blood by blood 
It's time to say good-bye 
Release your life for me 
Or you will shiver, till you delive

Es hora de decir adiós para siempre, déjame marchar y sigue adelante, olvida nuestro amor, olvida mi nombre, esta parte tan débil y la oscuridad que hasta el último momento viviste conmigo. Di ADIÓS a todo esto y sigue adelante, deja de temblar de llorar no pienses más en eso y vete, no me sigas. Estás temblando sujetando ese cuchillo que me arrebató mi vida, tú no puedes hacerlo. Di adiós y olvida todo de mí.

25 de mayo de 2012

Mátame


-Mátame, vamos sé que quieres hacerlo… adelante, ¿qué te lo impide?

Aquella chica estaba de nuevo frente a mí; una chica joven, su voz sonaba convencida de lo que me pedía. ¿Matarla? ¿Qué clase de sueño era ese…? Pero yo estaba allí, apuntándola con una pistola.

El lugar era irreconocible, simplemente un lugar oscuro, ella y yo apuntándole con un arma que no sabía ni de dónde había salido.

-Venga, sabes que deseas hacerlo, ¡mátame!

................................................

El despertador me sacó de aquella pesadilla. Su chirriante sonido a las 7 de la mañana fue una salvación y una tortura, por fin había despertado de aquella maldita pesadilla sin sentido, por otra parte me sentía tan absolutamente destrozado y cansado que hubiera preferido no despertar.

Soy oficinista en una empresa cualquiera, estoy soltero, no tengo mujer ni hijos, alguna vez tuve una relación pero nunca nada serio. Tengo 32 años y vivo para mí trabajo. No es que me ocupe mucho tiempo, pero, puede decirse que soy el tipo de persona que vive el día a día y no piensa en mucho más.

Esa misma pesadilla me seguía desde hacía unos meses. No sabía por qué, ni quién era, simplemente esa chica me ordenaba que la matase; y en el momento en el que me dejaba llevar por su petición el despertador anunciaba el final de mi sueño. Siempre igual. Por esta razón pensé que sería mejor sacar información de la muchacha hasta que, el fin de semana, sin preocuparme por el despertador pondría fin a aquella pesadilla de una vez y respetar el “ruego” de la muchacha.

No sabía si ella me pedía asustada o con total conocimiento aquella acción, pero me lo pedía convencida de que era yo quién debía matarla, sólo yo. No podía reconocer a la chica, sólo veía una figura femenina, con un color de piel claro y el cabello oscuro, su rostro estaba totalmente oculto por el flequillo e iba vestida con un camisón blanco y fino. Ella era la culpable de que me despertara tan cansado y extraño por las mañanas, ella me agotaba.

Era la presión que sufría durante el sueño: sentía que la buscaba y que sostenía la pistola totalmente rígida apuntando a su entrecejo, un disparo simple y sencillo; rápido. Si ese era su deseo… yo… ¿Qué estaba pensando? A fin de cuentas era sólo un maldito sueño, pero muy agotador y real.

Entre cabezadas de sueño en el trabajo y las largas y cansadas noches con esa pesadilla al fin llegó el viernes por la noche, por fin podría dormir tranquilamente. Apagué el despertador y enseguida me quedé dormido…

-Mátame, rápido, mátame. ¿A qué esperas? ¡HAZLO! ¿Vas a dudar ahora? Durante meses has deseado esto, ¿qué quieres, qué esperas?

-Eres sólo una niña- Era la primera vez que era consiente de que hablaba en el sueño.

-La edad no importa si has cometido un error, si deseas algo, si quieres hacer algo, simplemente tú te interpones en medio de ello.

-¿Estás segura de esto?

-¿Estás dudando? Llevo pidiéndotelo desde hace meses, no puedes traicionarme ahora, sé que tú puedes hacerlo. Mátame.

Al contrario que las otras noches, esta vez el despertador no sonó. Pude acabar tranquilo con aquel cometido. Ciertamente no sentí nada extraño, simplemente la oscuridad tapó rápidamente el cuerpo y la sangre y poco después desperté. Eran las 10 de la mañana. Seguía cansado pero sentía que me había quitado… “un muerto de encima” literalmente.

Me arreglé y desayuné para dar un paseo, me sentía un hombre completamente nuevo, libre y vivo. Mientras paseaba bajo el sol radiante me paré delante de una casa en la que había una ambulancia y un par de coches patrulla.

-No se sabe si fue un asesinato o un suicidio…

-Pobre chica…

-Sí, y pensar que iba a la clase de mi sobrina, mira ya salen.

Me quedé quieto observando aquella escena tan desagradable. Que mal comiendo de mi día de hombre nuevo…

-Mira ahí sale…

Conseguí ver una foto de algunas de las personas que estaban allí y que habían sido llamadas para reconocer a la víctima; no parecía haber ningún padre ni familiar en la escena. Cuando me fijé por curiosidad en la foto… Mi mente se aclaró, la oscuridad desapareció de mi pesadilla; era esa chica. La joven que me pedía matarla…

1 de febrero de 2012

KakaIru (Una cita, sólo quiero eso...)



Aquella tarde Iruka volvía a casa después de un largo día de papeleo y clases. Mientras caminaba llegó a sus oídos la voz de aquel niño solitario y problemático que ya había dejado hace años la academia; pero que irónicamente seguía siendo un gennin, cuando se paró a pensar en el avance extraordinario que ese chico había hecho. Quizá por ese motivo se sentía orgulloso de haber sido su profesor, pero también debía compartir ese mérito con kakashi, Jiraiya, y por supuesto el tesón de Naruto por querer ser el mejor y convertir su sueño en realidad. Él era el auténtico protagonista.

La voz de Kakashi le sacó de aquel pequeño trance con el cual se le había dibujado una sonrisa en la cara que fue interrumpida por la sorpresa.

-Kakashi-sensei, hola.

-¿En qué estabas pensando? Se te veía muy feliz.

-En el avance de Naruto, parece mentira que sea el mismo que hace 3 años.

-Sí… ya le tocaba madurar. ¿Vas a casa? Quiero hablar contigo en privado.

-Sí... claro.

Caminaron justos hasta que llegaron a casa de Iruka. Aquellos paseos en silencio se habían hecho bastante comunes, sin embargo por una misión de kakashi había pasado bastante tiempo desde la última vez. Por supuesto todo ese “teatro” tenía su explicación lógica. No obstante Iruka en aquel momento estaba ido con el orgullo que sentía por Naruto y en general por todos sus alumnos y aún no entendía el motivo de la visita.

-¿Cómo ha ido esta semana?- preguntó kakashi mientras ayudaba a Iruka con unas pequeñas compras.

-Bien, no ha habido mucho más trabajo de lo usual. ¿Qué tal tu misión?

-Bien… se me ha hecho algo larga…

-¿Y eso?- preguntó Iruka mientras preparaba la cena sin mirar a kakashi directamente.

Kakashi sabía que aquel chico era un poco corto cuando se refería a “ese otro sentido” y que si no iba directamente al grano no le entendería. No obstante aquella vez no le insistió, simplemente le dio otra versión de los hechos.

-Prefiero estar en la villa.

-¿En serio?- dijo Iruka algo incrédulo- Pues a mí si me gustaría ir de vez en cuando pro ahí a hacer misiones; me gusta mi trabajo pero cuando hay papeleo es horrible…

Kakashi se lo quedó mirando totalmente incrédulo y se propuso ver hasta dónde estaba el límite del moreno. Pero aquella vez se estaba complicando más de lo que había pensado.

Iruka continuó cocinando contando con que él se quedaría a cenar como tantas otras veces había sucedido. Sin darse cuenta estaba acostumbrado a hacer comida para dos, y de eso se dio cuenta también Kakashi cuando abrió el congelador y vio varios envases con comida de varios días atrás.

-Tú…- dijo en un suspiro siendo casi imperceptible para Iruka.

-¿Qué era eso que querías hablar conmigo?- continuó Iruka sirviendo la cena sobre la mesa

-He oído por ahí que últimamente has estado un poco raro y ausente. Gracias. ¿Pasa algo?- dijo mientras se disponía a llevarse el primer trozo se salmón a la boca.

-¿Quién te ha dicho eso?- dijo algo molesto.

-Kurenai-sensei.- dijo mientras prestaba atención a cómo se comportaba su acompañante.

-¿Kurenai-sensei?... No es para preocuparse, últimamente he dormido poco con el trabajo y las clases…

-¿Y toda esa comida de más que hay en el congelador para quién es?

-Por tu culpa me he acostumbrado a hacer comida para ti también…- cuando terminó de decir eso reflexionó aquellas palabras. Kakashi lo miraba directamente esperando oír su conclusión tras esa meditación.
Iruka quedó en sumo silencio…

-Entonces supongo que me la puedo llevar, ¿No; o seguirás haciendo comida para mí en los próximos días aun a pesar de habérmela llevado?-

El silencio de Iruka dio la respuesta a aquella pregunta de Kakashi. Dejó los palillos sobre el plato y se acercó a Iruka, apartó los palillos de sus sabios y simplemente le dio un leve beso, después volvó a su lado de la mesa para decirle un leve “gracias” y continuar con la cena.

Ambos siguieron comiendo en silencio. Kakashi se levantó primero y se dedicó a fregar los utensilios mientras Iruka preparaba un poco de té. Ambos se sentaron frente a la tele para relajarse por fin después de aquel día de duro trabajo.

-¿Vas a quedarte a dormir? Ya es un poco tarde.

-La verdad es que si no es una molestia… Me gustaría quedarme.

-Claro que no, voy a buscar el otro futón.

Kakashi cogió rápidamente la mano de Iruka impidiéndole que se fuera mucho más lejos, se levantó y se encaminó a él mientras el otro retrocedía hasta chocar contra la pared. Kakashi había perdido por un segundo el control de su propio cuerpo dejándose llevar con el instinto. Se apoyó en la frente de Iruka y simplemente lo abrazó fuertemente.

-Estás bien, Kakashi.

Ahora fue él el que se mantuvo en silencio, simplemente pegado a su cuerpo, palpando el calor del otro, y fue con ese perfume característico de Iruka, cuando Kakashi se dio cuenta que ya había vuelto a pasarlo lo mismo.

-Iruka…- dijo apartándose levente de él y apoyándose en la pared con una mano y acercándose un poco a él, estaba dispuesto a todo para que aquella vez el no fuera el causante de caer en ese deseo otra vez. -¿Qué ha pasado para que no pudieras dormir bien?

-Eh… ¿Qué…? Han sido noches frías… eso es todo…- dijo nervioso al saber que ya había metido la para antes durante la comida.

-Y no crees que podría pasarte lo mismo si cada uno duerme en un futón diferente, no hay nada mejor que el calor humano, ya deberías saberlo.

-¿Otra vez con eso? ¿No podemos hacer otra cosa que no sea acostarnos?- aquello sorprendió un poco a Kakashi

-¿Quieres sentarte y ver la tele? – dijo irónicamente Kakashi

-No te rías de mí. Me refiero a…

-¿A qué?

-A… tener una cita…- dijo totalmente rojo y desviando la mirada.

-¿Una cita? Sí, podría… pero no esta noche.

Iruka volvió a mirar a Kakashi a los ojos y fue entonces cuando incluso él se dio cuenta de lo que ocurría, él también sentía un impulso extraño por aquel hombre, normalmente él ya habría dado indicios de que quería sexo, pero aquella vez, sólo por esa noche, porque él había vuelto, sólo por eso Iruka acercó a kakashi hacia sí mismo para conseguir besar aquellos labios una vez más; y como si se tratara del pistoletazo de salida, Kakashi entendió perfectamente aquello como que ya podía continuar.

Por primera vez en mucho tiempo el moreno se dejó llevar por los impulsos de aquel hombre con el pelo plateado y cayó inmerso en el más profundo deseo. Las manos del sensei recorrían el cuerpo de Iruka como si se tratara de un lugar sin descubrir intentando encontrar todos los secretos que lo componían.

Pronto ambos quedaron sobre el suelo desnudos y besándose mientras por la ventana se filtraban los rayos de la luna que alumbraban perfectamente la habitación. Kakashi preparó a su casero rápidamente. Iruka, que hasta le momento se mantenía mirando hacia le suelo se giró al sentirse preparado mirando a los a Kakashi, se abrazó a su cuello y lo atrajo hacia él para besarlo profundamente. El seme se preparó para entrar en el moreno cuidadosamente pero sin vacilar, y mirándose mutuamente, diciéndose todo lo que hacía falta con la mirada, con la pequeña excitación de los gemidos de ambos en el ambiente, se hundieron en el más profundo orgasmo que dio fin, por aquella noche, al caprichoso deseo de ambos shinobis.

Después de una ducha, kakashi sacó el futón y ambos durmieron en el. Justo antes de caer en el sueño Iruka escuchó en un susurro las últimas palabras de Kakashi:

-Avísame cuando tengas un día libre para esa cita pendiente…
____________________

Hacía mucho tiempo que no actualizábamos este blog, lo sentimos -.- Intentaremos seguir con actualizaciones más seguidas!! ^^

Gracias!

2 de octubre de 2011

No dejes de mirarme


Aquella tarde… sabía que algo malo iba a pasar, lo presentía, como cuando sabes que va a llover, que va a haber una tormenta… Yo lo sabía…

Tenía el horrible presentimiento desde hace unas semanas atrás, mi casa, mi hogar, el lugar más seguro que yo conocía, pues… “esa” tarde dejó de serlo para siempre…

Aquellas dos últimas semanas había soñado lo mismo, mi pasillo, el pasillo de mi casa… eran las 00.00 de la noche, me levantaba como muchas veces antes de dormirme por última vez para ir al baño… Maldigo ahora aquel paseo…

Al encender la luz… como si de un destello se tratase… aquella mirada, aquel rostro me paralizó unos minutos… El pelo largo y oscuro, una cara seria, una mirada oscura y muy profunda, sin brillo, una piel pálida… Aquella cosa me miraba fijamente… cómo buscando algo por lo que culparme, intentando averiguar que había hecho mal…

Me desbloqueé cuando agité mi cabeza a ambos lados y, por un momento, aquella mirada desapareció de mi mente. De verdad que no podía creerlo, aquello no solo era inquietante, si no que sentía de alguna manera que me seguía mirando y observando, cómo si estuviera detrás de mí o en frente, mirándome…

Me era imposible pasar con el pasillo sin tener que dar un pequeño acelerón para llegar antes a la cocina o al comedor… Aquel eterno pasillo, la habitación que quedaba a mono derecha cuando salías de mi habitación en el centro del pasillo… Todo ese trayecto no parecía formar parte de mi casa…

Dicen que esas visiones son sólo fruto de nuestra imaginación, que son todo mentira, y que sería imposible que alguien del otro mundo pudiera hacernos daño… pero… Ahora ya no se si eso es verdad…

Cuando volví a dirigirme a mi habitación, estúpidamente se me ocurrió volver a repetir la misma escena de antes, quedarme mirando a aquel espejo que reflejaba el infinito pasillo… Aquella figura volvió a parecer, esta vez inclinó un poco la cabeza en señal de pregunta, como si se preguntase si estaba sorprendido… Mis piernas empezaron a temblar… Su boca se entreabría en señal de decir algo… y… una especie de sangre negra empezó a salir de su boca… Simplemente podía gesticular un poco, su rostro no tenía expresión, sus brazos estaban relajados a ambos lados, yo solo quería salir de allí e ir lo más lejos posible. Mi habitación en la primera puerta a la derecha al salir del baño… Está pegado al aseo…

"Por favor dime que esto no es verdad" pensaba mientras cerraba los ojos con fuerza y los volvía a abrir, 
"Por favor desaparece…" Volvió a ordenar mi mente. Aquella figura desapareció cuando los abrí. Tras coger aire y mirar hacia el suelo, volvía mi cama y, a pesar de que me desvelé por completo, el sueño fue más fuerte y me dormí.

El día siguiente fue totalmente normal, la clase, mis amigos, incluso yo, era como si aquel recuerdo sólo me atacase cuando estaba solo por las tardes, De verdad me negaba a salir y cruzar ese pasillo, mirara a ese espejo, volver al aseo, lo que fuese, me daba igual… Tenía miedo. Miedo de algo que supuestamente no existía, pero yo estaba seguro de lo que había visto…

Me negué a contárselo a alguien, mis padres y mis amigos no me creerían, incluso la psicóloga del colegio… pero ella no me resolvería el problema… Volví a casa y me encerré en mi habitación… Al cabo de unas horas… Estaba lavándome las manos por alguna razón que no recuerdo en el aseo… levanté la vista y allí estaba. Aquel rostro pálido, aquel cuerpo esquelético, esos ojos que no decían nada, esa boca que intentaba abrirse costándole muchísimo esfuerzo…

-¿Q… quién... eres…?- dije temblando y paralizado. Sin embargo aquella cosa, o persona o lo que fuese, no podía gesticular palabra… simplemente se oía una especie de burbujeo por aquella sangre que emergía de su boca al intentar hablar…

-¿Vas ha hacerme daño? Por favor… ¿qué eres…?- sentía cómo estaba empezando a llorar y cómo esas lágrimas salían de mis ojos. Notaba que mis manos y piernas estaban casi clavadas en el suelo y cómo mi rostro se parecía cada vez mas al de esa cosa que estaba tras de mí… Su mano… vi como su mano se levantaba lentamente, como si eso también fuese muy costoso… como manchaba sus manos con aquella sangre y se disponía a acercarlas hacia mí…

Aquella mano pasó por mi lado derecho dirigiéndose al cristal… como para escribir algo… Su manos, aquella mano era real, era de carne y hueso, de un blanco azulado, y aquello era sangre de color negro…
Inevitablemente mi cuerpo se giró al ver aquello, simplemente… Mi rostro palideció más, lo sentí; me mareé… Lo último que vi antes de estar aquí fue una especie de grito fatal y cómo ese cuerpo se caía sobre mí…

...

Es una niña preciosa… Se está mirando al espejo… Su rostro está palideciendo como él mío en aquel momento… mire mi cuerpo por un momento…

" ¿Qué soy? ¡¡Qué es esto!! Yo... yo soy…no puedo gesticular... ni hablar…" oigo mi voz en la cabeza… Pero… la luz se apaga y no puedo ver nada…

Esa niña… es preciosa de verdad… ¿Otra vez vuelve a mirarme? ¿Acaso puede verme…? Siempre han dicho que los fantasmas no existen… Pero…

-¿Qué eres tú…?- habla tan paralizada y asustada como cuando lo estaba yo… Intento abrir la boca… cuesta mucho… ella empieza a gritar… Puedo ver cómo… aquella sangre sale de mí… Soy… soy ese rostro blanco que no dice nada cuando lo miras a los ojos… ¿Qué soy?

No debe girarse…

Alcé mi mano para escribir puesto que me es imposible hablar… pero…

-No, no me hagas nada…

"No te gires por favor" Pero ya se está girando… Y grita…


Lo siento…

8 de septiembre de 2011

Noche de San Juan



Y después de mirar por la ventana, me di cuenta de que el cielo nocturno se había teñido de rojo, hacía una brisa agradable que entraba por la ventana de mi habitación. Aquella noche, me di cuenta de que siempre, la misma noche, me gustaba salir al balcón o mirar hacia el cielo y sentirme inundada por un paisaje ciertamente diferente al de las demás noches.

Pero… Por primera vez en algún tiempo el cielo de aquella noche estaba nublado, posiblemente haría frío después de estar un rato en la calle, y la gente se estaría amontonando alrededor de aquellas figuras con ganas de fiesta, agua, fuego y mucho ruido… Pero aquella noche siempre era muy diferente para mí.

Desde hace tiempo sé que no me gusta salir mucho de fiesta, desde que tengo memoria el ruido que dura unos segundos provocado por los niños y el que da inicio a esas grandes hogueras que dicen adiós a mucho esfuerzo, a cosas malas del pasado… No me gusta.

Pero esta noche, hasta cielo aclama a esas llamas fuertes y vivas que darán comienzo al verano, y a una nueva vida para muchos. Las nubes le dan a la inmensidad de la noche el mismo color que tiene el fuego…
El fuego quemará aquello que no queremos volver a ver, las cosas malas y por aquellas cosas que hemos sufrido, ayudándonos a acabar con los malos recuerdos.

Las llamas que queman y se deshacen de todo y el agua, que contrasta tanto con esas llamas, apagará el fuego y ayudará a las personas que ven ese espectáculo a no pasar calor. Los gritos que claman que sean mojados, en eso consiste la fiesta en olvidar y ser nuevos, como una cosecha que se ha quemado o se ha infectado… No importa, con paciencia las flores, la cosecha, puede volver a crecer; todo puede renacer.

La noche en la que la gente quema esos recuerdos fue la noche en la que yo nací. Ese cielo rojo es hoy el que me llama, todos los años, a que lo miré, a que vea qué estrellas han cambiado, cuales quedan y cuales llegarán. Esas estrellas que acompañan la noche sea cual sea, pero siempre diferentes. Esas estrellas que no se ven pero se saben que están ahí mirando y velando como siempre que la luna no esté sola.

Pronto todo se teñirá de rojo, de naranja, de calor. Las llamas serán las culpables de la consumición del tiempo, del calor entre los asistentes, de la demanda de agua… Todo eso provocado por el hombre, para olvidar lo que hace daño, para dar la bienvenida a los dioses de la fertilidad, al renacimiento de un nuevo dios; del sol.

¿Por qué nací este día…? ¿Es sólo a mí a la que le afecta de esta manera la Noche de San Juan? ¿Qué tiene de especial este cielo nublado que parece que ya está ardiendo? Aunque, no importa ciertamente si está nublado o hace mucho calor, llevo varios años mirando al cielo y sonriendo a la luna.

Y si yo pudiera, a ciegas, sin pensar, eliminaría si fuera posible muchas escenas que me atormentan, errores de los que aprendí la lección y siguen ahí, haciéndose de rogar… Tiraría al fuego muchos papeles que ya no quiero volver a mirar, cosas que jamás debí escribir… y algunos papeles en blanco para no escribirlas…

¿Si los dioses renacen en esta noche… yo también renaceré cada año? Odio ser consciente del paso del tiempo, pero me encanta esta noche. El la única que me hace mirar al cielo con ojos inocentes y ver más allá e lo que me muestran mis ojos, de mirar sin ver nada y a la vez todo. De pedirle un deseo a la luna y saber que algo nos une más que a cualquier otra persona.

Los fuegos empiezan a danzar en las calles, la gente inquieta empieza a ver con ilusión como todo empieza a fundirse, sus ojos están reflejando las llamas que tienen delante, el fuego abarca toda la figura, se apodera de ella, la absorbe, la hace suya y se preocupa por abrazarla para que no tenga miedo mientras desaparece…

Cenizas consumidas por el fuego, cenizas es lo único que queda, las cenizas que el fuego ha dejado de aquel amor consumido todos los años en la noche de San Juan. En la noche en que la vida y la muerte, el agua y el fuego conviven eternamente hasta que son desvelados y encontrados por la luz cómplice de un nuevo día.

9 de mayo de 2011

Querido Diario...

Y… esa mirada, aquellos ojos, negros, como la noche, como el cielo sin luna y sin estrellas, como cuando te has perdido… Como, cuando sientes que estás solo…



Aquella mirada me intimidaba más que nada en el mundo y sin embargo… lo amaba demasiado para apartar mis ojos, para cerrarlos, para darme media vuelta e irme… Pero no podía moverme, esos ojos me había paralizado completamente. Estábamos uno enfrente del otro mirándonos… sentía que analizaba todo lo que pensaba, cualquier cosa que pasase por i mente, que cualquier gesto iba a descubrir lo nerviosa que me sentía en aquella situación.


Por un momento, no sé cuanto tiempo pasó exactamente, me dispuse a salir corriendo de allí, escapar de esos ojos, si sin embargo fue un golpe con una mochila de alguien que pasaba por allí lo que hizo que acabara abrazada a su regazo… Él me agarró firmemente para evitar que me cayera, oí como su corazón latía tranquilo, como si no estuviera pasando nada, y notaba como el mío por el contrario parecía que iba a explotar. Y sin embargo estaba allí, me giré para ver quien me había empujado, estaba disculpándose, lo miré con una sonrisa, y se fue…


-¿Estás bien?- su voz era aún más impactante y atrayente que sus ojos, una voz suave, pero grave… melodiosa y a la vez amenazante. 


-Sí…- dije tímidamente. Me giré de nuevo hacia él y antes de mirarlo a los ojos, cogí bien fuerte mi cartera y me fui…


-¿Ya te vas? Tenemos que hacer el trabajo de literatura, es más… Aún queda una clase…
Me detuve en seco… iba a irme, pero no iba a irme son terminar las clases, sin embargo la clase estaba en sentido contrario a dónde iba. Estaba confusa, no era una situación normal, ese chico tenía un poder sobre humano para mí, sus ojos… esas ojos no me los sacaba de la cabeza desde el primer día…


-¿Vamos a clase?- me preguntó. Sabía que tenía esa sonrisa en la cara, sólo por la manera en que mencionó esa pregunta, estaba sonriendo… Otra vez aquella voz me había controlado, había hecho que me parara en seco, que me replantease a dónde iba… Y ahora… él sabía que cómo otras veces le acompañaría a la clase y nos sentaríamos juntos. Me giré cabizbajo reteniendo mis lágrimas de impotencia, y nos pusimos camino a clase.


Lo amaba con toda mi alma.


Cuando llegamos a clase, nos sentamos por el final, como siempre, aquella clase era muy interesante y había bastante gente, incluso en la última fila se escuchaba bien al profesor para coger apuntes. Como siempre ambos prestábamos atención, como siempre, las chicas de clase se acercaban en el descanso para preguntarle alguna tontería, como siempre al final de la clase él se quedaba hablando con aquellas chicas mientras yo me despedía son respuesta y me alejaba hacia la salida para volver a casa.


Mientras estaba pensando en por qué no se daba cuenta que aquellas chocas sólo querían presumir de que habían hablado con él y ser más populares, oí mi nombre en una voz familiar, tardé unos segundos en tras oír por segunda vez mi nombre girarme hacia la voz y ver a una vieja amiga.


Estuvimos hablando durante algunos minutos, ella se marchó con un compañero y o retomé mi rumbo hacia el autobús para volver… Después… pensé que yo era más estúpida todavía por pensar esas cosas… A mí no me debería importar si le hacían daño, no debía importarme que fuera popular… Pero me odiaba por que sabía que sí me importaba que le hicieran daño, era el chico de intercambio, se iría al terminar el curso. ¿Por qué él? ¿Por qué alguien que viene de otra parte del mundo…? ¿Por qué era yo la que se tenía que encargar de que todo fuera bien…? 


-Maldita sea…- di media vuelta, acelerado el ritmo de dirigí de nuevo a clase, lo encontré a mitad del segundo piso. Crucé la mirada de nuevo con aquellos ojos, noté como me enrojecía cuando el me nombró preguntándome que hacía allí.


Aparté la mirada, lo único que pude decir fue un “Vamos” que sonó más a culpabilidad que a orden. Sé que sonrió de nuevo y continuó bajando las escaleras tras de mí, llegamos a la parada del bus y ambos llegamos a mi casa.


-¿Por qué has vuelto a por mí? Normalmente me esperas en la parada…- 


¿Por qué demonios tenía que aparecer por la espalda dándome un susto de muerte, haciendo que casi me atragante con la comida y, para colmo, hablarme tan cerca del oído? Me puso muy nerviosa, Volvía sonrojarme, y no se conformó con eso, se sentó a mi lado y no se movió hasta que le dije una respuesta. Tenía la sensación que conocía el efecto de sus ojos en mí… 


Como lo odiaba…


-Eres el chico de intercambio… Estas a nuestro cargo… dentro de la universidad…- No sabía como seguir.- esto… ya sabes… y no quiero… No pedo dejar que te pierd…- Maldita sea, estaba totalmente roja, sentía que cualquier cosa que le dijera acabaría delatándome.


-¿Acaso… no quieres que vaya con las demás chicas de clase?- preguntó


-Las de más chicas de clase solo te quieren para ser populares… parece mentira que tengan 20 años…


-No me gustan las mujeres mayores que yo…


-¿Y eso a qué viene?- dime mientras terminaba el plato y lo ponía en el lavavajillas.


Cuando lo miré de nuevo… hundiéndome en aquellos ojos, adentrándome en una cueva sin salida dónde, por descontado, iba a perderme, sin rumbo, perdida en sus ojos… Lo único que consiguió sacarme de aquel éxtasis en el que me hallaba fue el que se acercara tanto a mí mientras yo totalmente sorprendida me vi encerrada entre la nevera y sus cuerpo mientras me besaba. 

16 de noviembre de 2010

Un día muy extraño

Dicen que los niños son capaces de ver a los muertos, yo pensaba que su inocencia era la ventaja que tenían para poder verlos, el no saber si es malo o bueno, no saber qué les va ha pasar... Pero jamás pensé que eso le pasaría a mi hermano.

...

Aquella tarde Hanna se quedó un poco más de lo debido en el instituto, cuando se dio cuenta que no podría salir, evitó ser descubierta y lo único que pensó fue en esquivar como pudo al personal de la limpieza e intentar salir corriendo… Pero, se despertó en el gimnasio, sin recordar exactamente nada de lo que había hecho hacía unos minutos o poco antes de quedarse durmiendo.

Estaba muy aturdida, le pesaba el cuerpo sus brazos sostenían con esfuerzo su cuerpo que a la vez también reposaba en sus piernas; estaba sentada, mirando a su alrededor intentando recordar que hacía en el instituto tan tarde o cómo se había quedado durmiendo en el gimnasio y nadie se había dado cuenta de ello. Se levantó muy mareada e intentó salir del gimnasio.  Se dirigió lenta y pesadamente hacia la puerta que daba al pasillo que conectaba las aulas y el gimnasio…

-¿Por qué está abierta? Tengo entendido que hay clases por la tarde, pero,  ¿el gimnasio?
Después de conseguir salir del gimnasio se dirigió a la puerta de salida, exactamente por la puerta principal, miró el reloj que había en la entrada, las 3… y desde luego era de noche. Muy extraño que el gimnasio estuviera abierto. Ya que no tenía nada que perder, abrió la puerta que daba al hall de la entrada, y abrió. Esto era desde luego muy raro, no había nadie en el instituto, era muy raro que todas las puertas estuvieran abiertas, asique suponiendo que la principal estaba abierta, la que daba a la calle estaba claramente cerrada, por lo que saltó la valla que completaba la puerta.

Se dirigió a su casa y lentamente caminó por las calles, sin hablar con nadie, sin si quiera cruzarse con alguien, llegó a casa y entró en su habitación son hacer ruido. Se acostó y se levantó al día siguiente. Se arregló y corriendo llegó al instituto de nuevo, llegaba tarde debido al paseo de anoche. Se sorprendió mucho al ver que nadie la miraba, que nadie le prestaba atención, todos habían formado un círculo alrededor de algo, y no pudo pasar a  ver que era. La gente se abarrotaba y se empujaba mientras curioseaba y murmuraban que era una chica que había muerto.

Era difícil de creer, en aquella zona no solía pasar nada, de hecho algunos accidentes que hubo eran calmados gracias a una patrulla que se pasaba por el instituto para evitar cualquier pelea o temas de drogas. Pero algo como un asesinato… Poco a poco la gente empezó a disiparse y los enviaron todos a casa y se dio de baja hasta nueva orden.

El instituto fue cerrado y prácticamente desalojado, nadie, absolutamente nadie excepto la policía podía entrar en el edificio, eso la dejó fuera de juego, nadie le hacía caso, sus padres no estaban en casa y nadie le había dirigido la palabra en todo el día. Puesto que se vio totalmente ignorada fue a casa, dejó de nuevo la mochila y simplemente se tumbó en la cama. Empezó a recordar levemente que es lo que había pasado. Anoche, anoche ella se quedó encerrada en el instituto, y... después se levantó en el gimnasio… ¿Qué estaba pasando…?

Mientras escuchaba algo de música le pareció que alguien abría la puerta. Se asomó y vio a su hermano pequeño algo triste. En seguida fue a preguntarle si le había pasado algo malo en el colegio.

-No, estoy bien… pero… No es nada, ahora ya estoy bien.- él había cambiado su rostro.

-¿Seguro que no te ha pasado nada?- volvió a preguntar ella.

-Seguro, Hanna, ya estoy mejor, pero no le diré a mamá y a papa que ayer llegaste tan tarde o se enfadarán mucho contigo.

-Muchas gracias, Mike, eres un cielo, y recuerda que si te pasa algo sólo tienes que decírmelo…

-Claro...- decía poco antes de cerrar la puerta de su habitación para hacer los deberes.

Su hermano, era menor, unos 8 años menos que ella, lo que ahora lo situaba en 8 años, a pesar de la diferencia de edad, ambos se llevaban muy bien y eran inseparables, desde que Mike nació ella siempre había estado ahí para él, siempre jugaban juntos y siembre lo defendía de los acosadores del colegio. Mike era pequeño, algo más bajito de no normal para su edad, lo que hacía que en muchas ocasiones sus compañeros se reían de él lo que hizo que nunca trabara una alianza muy fuerte con otras personas que no fuera su hermana y la vecina, que iban siempre juntos, inseparables y siempre dispuestos a ayudarse.

Cuando tocaron a la puerta Mike se adelantó a abrir, era la vecina, como siempre para merendar o hacer los deberes juntos. Pero ella aquella tarde no entró en el comedor, siquiera en casa, le dijo algo a Mike y volvió a su casa.

-¿Hoy no tenéis deberes?- le dijo asomada desde la puerta a Mike

-No, no es eso… Ella dice que su madre no la deja venir hoy…

-¿Está castigada?

-No creo, ella no ha hecho nada, seguramente… tiene algo que ver con la llamada de esta mañana que han recibido mamá y papá…

-¿Qué llamada y… dónde están mamá y papá?- le siguió preguntando

-No lo sé, la abuela me ha llevado y recogido del colegio, asique no se qué ha pasado, mamá y papá se han alterado mucho y se han ido sin desayunar ni nada… Pero no sé a dónde, tampoco se lo han dicho a la abuela…

-Y desde esta mañana… ¿Aun no han vuelto o casa?- preguntó mirando Hanna al resto de la casa.

-Parece que no, por cierto… ¿has comido algo?

-No, todavía no, pero no tengo apetito… Hoy ha pasado algo muy raro en el instituto…

-¿El qué?

-Por lo que he podido oír… Parece que han encontrado el cuerpo de una chica en mitad del pasillo central del instituto…

-¿E… En serio? – dijo el muy asustado

-Sí, seguro mañana en las noticias si no esta misma tarde…

-¿Y has visto quien era… ? A lo mejor la conocías.

-Lo he intentado, pero había tanta gente que no podía pasar, asique he vuelto a casa, Por lo visto hasta nuevo aviso no podemos ir al instituto…

-Vaya… qué morro, te saltarás clases…

-No es divertido, una persona ha muerto…

-Lo siento…- dijo algo apenado.

-Hazte algo de comer si quieres, estaré en mi habitación por si necesitas ayuda…

-Valee…- dijo Mike dirigiéndose a la cocina.

Aquella tarde Hanna intentó seguir recordando que había pasado aquella noche, pero tampoco tuvo resultados, una canguro llegó para recoger a mi hermano y llevárselo a algún lado… pero yo sólo lo supe por una nota que dejó en su escritorio…

De nuevo pasaban cosas raras… Por curiosidad respecto a la victima que esta mañana en el instituto, encendió la tele y se sentó en el sofá… Los informativos estaban empezando…

Noticia de última hora… la niña encontrada esta mañana en el instituto ha sido localizada como Hanna, sus padres han verificado su identidad y se ha confirmado la causa de la muerte… Fue violada y asesinada por el guardia de seguridad que llevaba, según dicen sus compañeros, acosándola desde hacía unos meses…
Hanna se miró más manos, el mando de le había caído, fue al espejo y se miró, y su rostro se demacraba lentamente hasta dejar un pútrido rostro deforme y con una expresión de horror aún caían las lágrimas derramadas en la violación… Su rostro de desfiguraba, su piel se caí a trozos, aquel ente negro detrás de ella la alarmó de tal manera que la paralizó. Aquella cosa le sonreía macabramente. La lluvia de imágenes que le golpeó con todo lo que había sufrido en un instante fue suficiente como para matarla de nuevo, pero ahora simplemente desapareció mientras seguía sonando de fondo la canción titulada Réquiem de su grupo de música favorito.

30 de septiembre de 2010

Sólo un instante

Desde la primera vez que lo tuve delante, supe que aquello no iba a salir como yo esperaba… Cuando alcé la mirada y lo vi tan cerca de mí supuse que había sido una especie de fallo de cálculo respecto a la distancia; sin embargo el no reaccionó en absoluto. Se quedó delante mirándome, y aquella sensación me recorrió por la espalda, subiéndome lentamente y a la vez muy rápido por mi columna, rezando cada vertebra.

Quise pensar que se movería y me dejaría marchar, pero él no se movía, y yo, por alguna razón, tampoco lo hacía. Lo estaba mirando, él me miraba, sus ojos eran oscuros, y no sabía muy bien que era lo que buscaban o querían esos ojos de mí, simplemente estaba allí, quieta, totalmente paralizada por unos ojos que además, era la primera vez que los veía con tanto detenimiento, unos ojos nuevos, inquietantes y que me inquietaban, sentía como se adentraba en lo que estaba pensando, como descifraba cada uno de mis pensamientos, de las palabras que se formaban lentamente muy seguidas una de otra en mi mente.

Yo, yo estaba allí, mi cuerpo estaba frente a él, quietos por no sé exactamente cuánto tiempo, apoyados en aquella mesa, petrificada justo antes de sentarme, mientras él me miraba desde abajo con aquella mirada tan extraña. De repente me vi sumergida, hundida en un mundo muy diferente al mío, era oscuro, más de lo que aquellos ojos podían esconder, aquellos ojos me arrastraban a su interior, conseguí sentarme sin saber muy bien cómo y sin dejar de mirarlo. Mi cuerpo se estremeció, los sonidos a mi alrededor, las voces de la gente, los gritos de las demás personas, la música, si es que la había, todo había desaparecido de mi cabeza, toda mi atención estaba perdida entre los ojos negros del chico que tenía delante.

Él no me hablaba, y yo quería salir de ese lugar, ocultaba habitaciones muy frías, recuerdos escalofriantes y yo, la que se supone que sonrojada y muy nerviosa aceptaba hablar con él, estaba ahora perdida en lo que él sólo llamaba “mi otra vida”… Sólo una palabra hubiera bastado para sacarme de aquel embrujo, de aquella mala pasada… ¿Cómo era posible que nunca nadie se hubiera dado cuenta de los ojos tan tristes y de todo lo que guardaba este chico en su interior hasta ese momento? ¿Cómo podía acumular tanto dolor, tanto mal? ¿Qué le habría pasado o que le pasaba para que sólo mirado sus ojos pudieras ver cómo se sentía y cuánto sufría…?

Cuando conseguí parpadear y dejar de mirar por unos segundos aquello ojos, él me seguía mirando, preocupado, perdido y sin saber muy bien qué hacer. Sólo quería ayudarte… sólo miré por un segundo tu mirada… Sólo tus ojos… Sólo el color de tus ojos, nunca imaginé que me encontraría sumida en tales sentimientos, de ahora en adelante prometo no volver a mirarte a los ojos a no ser que estés sonriendo…

-¿Estas bien?- me dijo después de unos segundos

-… Sí, pe…. Perdona yo…- Volver a alzar la mirada era volver a perderme en ese lugar… Ahora dirigí mis ojos a sus labios, dónde por costumbre lo miraba, ara prestar toda la atención posible a sus palabras, a su voz, cálida, grave, pero siempre seria y no por ello fría, al contrario que sus ojos, sus palabras eran cálidas, mimadas y pensadas perfectamente antes de salir de sus labios para expresar todo exactamente como quería, escogiendo palabras dulces, palabras muchas veces que, puestas en boca de otros, no sonaban igual, si quiera parecido, palabras vulgares y de lo más corrientes en su boca y pronunciadas con la suavidad y ternura con las que él las dejaba vagando en el aire y como penetraban en mis oídos más dulcemente y eran interpretadas y fácilmente acogidas en mi cabeza.

Seguimos hablando mientras disfrutaba de la melodía que sonaba sólo para mi, ignorada completamente por los demás, inconscientemente con algunas palabras se me dibujaba una sonrisa y hacía que él también fuera contagiada por ella.
Era como rozar el cielo sin saber cómo es, era oír a los ángeles hablar y reírse entre ellos, eran solamente las notas dibujadas en los pentagramas invisibles que dibujaba el viento para que él hablara y yo lo escuchara, sólo eso…

Él y yo hablando…

23 de julio de 2010

Tic-Tac


No recuerdo la primera vez que te vi... ni tampoco la segunda, pero poco a poco te has vuelto algo imprescindible dentro de mi vida, siempre te necesito cerca.

Tú, aquel que va marcando cada paso que doy, robándome esos segundos que se convierten en minutos, horas, días... Da igual si llueve, si hace sol, si nieva, él siempre es puntual sabiendo que, incluso aunque valla cinco minutos adelantado, yo siempre llegaré tarde. A él no le importa esperarme...

Sus manos siempre rozando mis segundos de vida, abrazándolos, y caminando siempre conmigo, no hace falta cruzar palabra... No importa si es antes o después, él siempre es constante, sin adelantarse, sin retrasos... Su voz, su sonido, podría sincronizarlos con latidos y mis pasos al andar. Eres paciente y poco a poco consumes cada segundo de mi vida.

Me envuelves en tus caricias, u voz siempre perceptible cuando debe serlo, cuando acude el silencio, siempre salvándome del frío silencio y la soledad. A cambio te ofrezco el calor de mis dedos y de mis manos rodeando cada centímetro de ti. Siempre hay tiempo para mirarte. Siempre, aún que sea imperceptible en algunos momentos, siempre me susurras el tiempo que pasas conmigo envolviéndome tu voz.

.....

Desde hace unos días... ya no eres puntual, sigo oyendo tu voz, sigo siendo rodeada por tus manos y sigues robándome los segundos de vida, pero ya no eres contante. No quiero perderte, has estado guiándome siempre, marcando mi tiempo y cada uno de mis pasos... No quiero perderte. Quédate conmigo, siento como tu vos se apaga lentamente, como te alejas de mí... ya no puedo oír tu voz... No quiero perderte...

Algunos días después de aquello, todo volvió a la normalidad, él vuelve ha marcar mi rumbo y mi camino, sigue acompañándome con su voz, ahora esta de nuevo ami lado. Siempre cerca de mí, siempre fiel, acompañándome el silencio, pero nunca callado del todo...