2 de noviembre de 2012

Una Enfermedad no nos separará 9ª Parte






Al llegar al comedor de nuevo, la mesa ya estaba lista y el padre de Dan ya estaba sentado esperando que sirvieran la comida. Rikimaru y Dan se sentaron juntos, esos pequeños minutos fueron bastante duros para el invitado, no solo era por el silencio que en esos momentos se había impuesto en la sala, sino también Rikimaru no podía evitar de pensar en si tenia los labios demasiado rojos por haber besado tanto tiempo al hijo de la casa o si sudaba demasiado al haber estado tanto tiempo abrazado a Dan, esto le daba miedo porque no podía ni imaginarse si el padre de Dan se daba cuenta de algo...no quería ni imaginárselo ni por un segundo.

Chika empezó a poner los platos de la comida haciendo un par de viajes hacia la cocina, luego se sentó y la madre dio la señal de empezar a comer dando el buen provecho a todos. A la mitad de la comida la madre de Dan empezó la conversación con Rikimaru al ver que estaba algo nervioso.

- Rikimaru, te gusta la comida? - éste quedó sorprendido al no esperarse que en la comida le fueran a hablar y Dan también se lo quedo mirando, y volvió a mirar su plato con una sonrisa sabiendo que Rikimaru estaba muy nervioso como para mantener una conversación con sus padres.

- Sí...la verdad, esta muy rica – le dijo con una sonrisa lo más alegre posible y que pudiera tapar esos nervios que lo habían invadido y que aparecían cada vez que se encontraba delante de los padres de su compañero.

- Puedo hacerte una pregunta? - le dijo Kisho con un tono más serio que el de su mujer.

Rikimaru ahora si estaba realmente asustado, que le iba a preguntar?; que era lo que quería saber de él?. Ahora Dan si estaba interesado en lo que tenia que preguntar su padrastro a su amigo, ya que sabía que ese hombre siempre le gustaba controlarlo todo y saberlo todo, solo esperaba que no preguntara cosas que pudieran hacer sentir mal a su compañero, porque no se lo perdonaría en la vida.

- Claro, señor...digo Kisho – dijo nervioso y mirando directamente a la cara del marido de la madre de su amigo.

- Dime que notas sacas en historia? - mirando de reojo a Dan para descubrir si lo que le dijo era cierto.

- Ah...bueno, pues la media en historia es de un 9,5 se me da bastante bien – mirando a continuación a su amigo para saber si había hecho lo correcto en contestar, éste con una mirada y un asentamiento de cabeza muy breve para que nadie lo notara le hizo entender que había hecho bien.

- Vaya, crees que podrías ayudar a Dan a mejorar en historia, la verdad es que se le da bastante mal – le dijo con una sonrisa y con tono muy amable.

- Mama, no le mandes trabajo a Rikimaru, él también tiene que estudiar, él también tiene deberes – le dijo enojado.

- No es trabajo, solo digo que ya que sois amigos haber si podría ayudarte, si el quiere podría quedarse en casa los días que te tuviera que ayudar y así también podría hacer los deberes aquí – le dijo con calma y intentando razonar con él – si Rikimaru no quiere, no le voy a obligar por eso se lo he preguntado antes – mirando al compañero de su hijo el cual parecía estar de acuerdo con ella al mirarla con una sonrisa muy alegre.

- Claro que le voy a ayudar, por algo somos amigos – contestando a la madre de Dan con dulzura y mirando a Dan con esa sonrisa que solo éste sabia que lo hacía por algo más que ayudarle en historia y agachando la mirada para evitar mirar aquella cara que tantos provocadores anhelos le despertaban.

- Gracias Rikimaru, es muy amable de tu parte – le dijo con una alegre sonrisa y encantada de ver la suerte que había tenido su hijo de encontrar un niño tan educado y bueno.

El resto de la comida fue menos tensa, supongo a que eso era debido a que resulto que el escritor de Rikimaru era también el favorito del padre de Dan y los dos empezaron a hablar sobre los diversos libros de aquel autor, eso le ayudo a coger algo más de confianza con Kisho. Después de la comida, Rikimaru se ofreció a quitar la mesa y los platos cuando la madre de Dan le dijo que no, seguidamente miró a su hijo y le dijo que fueran al jardín de atrás y que le enseñara a su amigo la piscina climatizada que luego ella iría a traerles un helado.

I con pies descalzos fueron a la puerta trasera de la casa saliendo a un jardín inmenso, donde había un camino de baldosas que llevaba a una enorme instalación en la que había una grande piscina en su interior. El ambiente de afuera era más bien frío que caluroso aunque se estaba bien, en cambio cuando ambos entraron a la piscina el clima era bastante caluroso.

Seguidamente se sentaron uno al lado del otro al borde de la piscina, poniendo los pies en remojo cuando Dan se sacó la camisa y dejó al descubierto aquellos bien formados músculos que a Rikimaru tan nervioso le ponían, solo con pensar poder acariciar aquellos pectorales unas ganas desbordantes de besarle se apoderaban de él...de pronto, Dan le dijo que también se la quitara o se resfriaría al salir, éste nervioso se la quito y se quedo mirando fijamente la reacción de Dan, éste se hecho a reír.

- Que pasa?! - preguntó sonrojado y nervioso al escuchar las risas de su compañero.

- No pasa nada, solo que estas muy bien...ni muy gordito ni muy flaco – volviendo a reír al ver la cara sonrojada de su colega – aunque te falta algo de musculatura – tocándole los bíceps del brazo mas cercano y poniéndolo más sonrojado, haciendo que el corazón se le acelerará – y también no estaría nada mal que hicieras más abdominales – acariciando con su mano el pecho de Rikimaru y descendiendo lentamente hasta el ombligo.

- Callate baka – cubriéndose con las manos el pecho y sonrojándose al contacto de la mano de Dan en su pecho – tampoco estoy tan mal – fijando su mirada en el reflejo de la piscina ya que le era imposible mirar a su amigo mas de unos segundos estando sonrojado.

- No te enfades – agarrándole la mano que tenia apoyada al suelo, haciendo que Rikimaru lo mirará sonrojado – ya sabes que para mi eres... - acercándose a una de las orejas de su amigo con una sonrisa – un chico muy hermoso.

Esas palabras hicieron volver aparecer la lujuria y el deseo en el interior de Rikimaru, y sin poder evitar que su entrepierna le diera señales de que lo que sentía de cada vez era más grande y que tuviera cuidado a descontrolarse porque le faltaba muy poco para que así sucediera. Siguiendo a su deseo carnal, en vez de a su razón, se inclinó con el corazón acelerado hacia el rostro de su compañero el cual tenia apenas a unos centímetros, y cerró los ojos, esperando a que su compañero lo correspondiera, aunque esa vez vez no fue así y un dedo de éste se puso delante de los labios de Rikimaru.

- Eres muy besucón – le dice con unas cuantas risas al ver la cara sonrojada al haber sido detenido en algo tan vergonzoso y que tanto le había costado atreverse a hacer – antes del beso, quiero contarte todo sobre el pasado de mi vida y que enfermedad tengo y de la manera en que me infecté.

- Es cierto, perdoname – mirando la cara seria y algo decaída de su amigo – aunque no pongas esa cara tan larga, lo voy a comprender, estoy seguro – transmitiéndole una sonrisa para que mejorara emocionalmente y se pusiera tranquilo.

- Por favor Rikimaru escucha atentamente lo que te voy a contar, eres el único al que se lo voy a decir por primera vez en la vida, quiero que entiendas a lo que te arriesgas si estás conmigo, no quiero hacerte daño y por eso entenderé perfectamente que luego me odies si es el caso – sabía que esas palabras eran más duras de lo que había pensado decirlas, pero a lo mejor ese cambio había sido debido a las palabras tan positivas de su amigo que había dicho y tenia miedo que lo que fuese a contarle le asustará más de lo que se podía esperar su compañero.

El silencio volvió a reinar entre ellos, Dan lo miraba triste y preocupado, pensando una manera de como empezar la conversa y Rikimaru estaba con una mirada fija en su compañero, tan grave era lo que tenia que contarle?; en verdad le iba a cambiar la manera de pensar de su amigo?

- Como ya sabes, estaba decaído y al borde de la depresión por los problemas con mi familia, la verdad estaba muy físicamente pero también moralmente mal – le resultaba imposible decirle todo esto mirándolo todo el tiempo a los ojos, y debido a eso agachaba muchas veces la mirada en el reflejo del agua, y así poder controlar su expresión en la cara y estar atento a que esa pena que sentía por dentro pudiera reflejarse en lagrimas al exterior – pensaba que todo lo que me sucedía de algún modo me lo merecía, hasta llegue a pensar que a lo mejor mi propio nacimiento fue algo pecaminoso que nunca hubiera tenido que ocurrir – todas esas palabras sabía que eran con un significado muy grave a nivel psicológico, sentía vergüenza en contarle toda esa locura a Rikimaru, miedo a que se asustará de él o echara a correr y se alejara, su pulso empezaba a acelerarse – un...un día al salir del colegio, como siempre andando solo por la calle, sin ningún amigo con el que pudiera charlar, me vinieron dos chicos algo mayores que yo y empezaron a charlar conmigo muy amablemente, yo muy idiota me aferré a ese sentimiento de afecto y a esos dos chicos que apenas había conocido de nada...ya desde ese momento me dijeron para quedar y vernos por la tarde en el parque, como comprenderás me sentí muy feliz en tener mis primeros amigos – lo que tendría que haber hecho reflejar una sonrisa en su rostro, por el significado de esas últimas palabras, hizo el efecto contrario, empezando a aparecer las primeras lagrimas que recorrían su rostro y mirando con unos ojos que buscaban comprensión en Rikimaru – hasta que me di cuenta que lo que buscaban aquellos chicos, no era más que un juguete para pasar el tiempo aunque por desgracia, de esto no me di cuenta hasta un tiempo, aún no se si era que no me daba cuenta de lo que pasaba o fui yo quien no quiso darse cuenta de lo que pasaba. Esa tarde los tres no sentamos en un banco hablando de nuestros gustos hasta que uno de los chicos propuso que fuéramos a su casa, al llegar empezamos a ver la TV y comer, hasta que me empezaron a preguntar si tenia novia, yo les dije como era mi situación, de que estaba solo y bueno fui tan idiota de contarles los problemas que tenia con mi familia, ellos rápidamente me dieron su compasión y su amistad a las que yo me aferré con todas mis fuerzas, esos chicos en apenas unas horas habían pasado a ser lo más importante en mi vida...pasaron los días y mi afecto hacia ellos fue aumentando y pensaba que de parte de ellos era la misma situación, hasta que llegó el día en que ambos chicos empezaron a besarme, yo creía que esa reacción se debía a que nuestra amistad había pasado a otro estado al que yo creía “amor”, las primeras veces me sentí mal y raro por lo que estaba haciendo con dos chicos ya que era muy joven, pero me sentía feliz porque me ayudaba a llevar mis problemas con mis padres mucho mejor, la verdad me estaba enamorando de esos chicos – sus ojos eran como dos grifos de agua mal cerrados de los que desprendía gotas de agua constantemente – yo los quería y...y me...me hicieron tanto daño – sus puños se cerraban con fuerza en las rodillas de sus pantalones, mientras miraba su reflejo con un sentimiento de odio y desprecio a si mismo, hasta que la mano de Rikimaru acarició el puño lleno de rabia de su compañero haciendo que volviera a la normalidad y Dan lo mirara con unos ojos llenos de agradecimiento por estar en ese momento a su lado, con lo que respondió Rikimaru con unas caricias de afecto a su mano – ellos luego llamaron a unos amigos suyos un día para hacer una fiesta, ellos les contaron lo que había pasado entre nosotros y en el momento en que esos chicos me preguntaron si quería hacer lo mismo con ellos y al ver a los dos chicos que quería diciéndome, que a que esperaba, fue cuando me di cuenta de que no les importaba nada excepto por...el sexo – en ese momento Dan miró el rostro de su compañero sentimental para poder captar un simple rasgo de asco hacia él, lo que a su sorpresa no fue así – fui tan idiota de decirles que les quería y simplemente me contestaron que solo querían sexo conmigo, al sentirme usado nuevamente por otras personas hizo que toda la felicidad que había sentido se multiplicara por una gran tristeza, después de esa experiencia con ellos abandoné el sexo por completo y me dediqué a escuchar música y ver la televisión, todo la verdad empezaba a irme mucho mejor hasta que volvieron los conflictos con mi familia, mi padrastro volvió a empezar con su violencia por sus problemas al alcohol y pegarme a mi, como pelearse constantemente con mi madre cuando ambos creían que ya dormía, ahí tienes el motivo por el que empecé las artes marciales, le pedí a mi abuelo que me las enseñara para si algún día tuviera que defender a mi madre de Kisho, pero los problemas eran más mayores que mis distracciones y me cansé rápidamente de la música y la televisión, solo seguí las artes marciales porque me lo pasaba muy bien cuando estaba con mi abuelo – esas últimas palabras sobre su querido anciano le hicieron salir una sonrisa entre tanta tristeza, lo que hizo comprender a Rikimaru lo mucho que lo quería – ahí es cuando volví al sexo al recordar que me ayudaba a olvidar las cosas con mi familia, como consecuencia – de pronto Dan quedo mudo, al ver que había llegado el momento de decir lo peor...su enfermedad, como iba a reaccionar su compañero?, solo con pensarlo un gran temor se apoderaba de él y un gran miedo a volver a quedar solo en el mundo, le encogía el corazón.

- Como consecuencia...? - preguntó Rikimaru al ver que su amigo simplemente lo miraba y no decía nada - Dan...que pasó? - le volvió a preguntar al ver el rostro de su amor con una expresión de terror.

- Rikimaru...perdoname...no te enfades...yo...no quería todo esto...no quería una vida así – podía sentir perfectamente los latidos de su corazón como golpeaban su interior.

- Tranquilízate – le dijo apresurado al ver tanto lamento y arrepentimiento en su rostro, toda la historia que le había contado le había hecho ver como en verdad lo había pasado muy mal, pero por nada lo odiaba, ni tampoco sentía asco alguno, sino todo lo contrario, este sufrimiento por el que pasaba ahora su querido niño, solo le daban ganas de besar a ese bobo y darle tanto amor para llegar a ser capaz de hacerle olvidar todo su pasado, le agarró la otra mano y las apretó ambas para que lo mirará a la cara – cuéntamelo, no tengas miedo...confiá en mí...te quiero, lo entiendes, te quiero...no importa cual sea la enfermedad...dilo.

- Como consecuencia...contraje...el SIDA – soltándose de las manos de Rikimaru y poniéndose las manos en la cara – Rikimaru...¡ porqué no te enfadas conmigo?!...¡ enfadate !...hice una cosa terrible...¡ yo no quería ! - sus sollozos eran fuertes y el cuerpo de Rikimaru temblaba no por la enfermedad nombrada por su querido compañero, sino por esos sentimientos que se le despertaban al ver esas lagrimas que traspasaban entre los dedos de la manos y caían en el pantalón – no se como pude detener todo ello, pero esa enfermedad hizo que me causara otra enfermedad en los pulmones y es por eso que vomito sangre a veces...Rikimaru...lo...lo siento – sus lagrimas no eran nada comparado con el vació que sentía dentro de él, como si el corazón no dejara respirar su alma, y como si ésta se rompiera en mil pedazos.

- Da...Dan – al ver el estado de su chico, miro su propio reflejo en el agua y apretando sus puños en sus propias rodillas - ( Esos malditos chicos, su familia y esa enfermedad le han hecho la vida imposible...siempre a estado solo, y esa enfermedad es peligrosa para mí si estoy a su lado...pe...pero...) - mientras sus ojos se miraban en el reflejo, sus oídos captaban aquellos lamentos de Dan - ( pero...yo le amo, no me importa su enfermedad, además nadie más que él sabe comprenderme...no quiero perderle, puede que a lo mejor su vida no sea muy larga, no lo se...pero mientras él este en el mundo solo se que quiero estar con él ) - seguidamente vuelve a echar su mirada en Dan el cual seguía llorando entre sus manos – Dan – llamándolo con un tono serio, haciendo que éste se quitara las manos de la cara dejando al descubierto ese río de lagrimas y una expresión de desconsuelo.

De repente Dan abrió sus ojos como platos al ver que Rikimaru se había lanzado hacia él y ahora se encontraba atrapado entre los brazos del chico de pelo oscuro.

- No llores más...por favor, no llores...te quiero Dan, te amo y no me importa tu enfermedad – esas palabras hacían que Dan no pudiera contener esas lagrimas de alivio y esa seguridad que le transmitía – todos hemos cometido errores y no tienes que disculparte de nada, solo querías cariño y la gente se aprovecho de ti, no hiciste nada malo – a continuación lo cogió de los hombros para despegarse de él para observar la cara de la cual estaba enamorado, con su pulgares le limpio las mejillas en las que recorría aún, unas cuantas lagrimas – no permitas que una enfermedad nos separe, no permitas que tu familia tampoco lo haga, no te alejes de mí.

- No quiero que me abandones Rikimaru, perdona por mis errores y por ser tan egoísta en querer tenerte para mí, cuando lo único que puedo darte son problemas... - sus palabras fueron enmudecidas por uno de los dedos de su chico.

- No digas nada más, hay cosas que es mejor dejar atrás, no te preocupes por nada yo luchare por ti contras los problemas, quiero que veas en mí ese amor verdadero que tanto buscas, yo no te haré daño, te lo prometo – las mejillas de Dan se sonrojaron al escuchar esas palabras y tener que mirar a los ojos a Rikimaru y tener los rostros tan cerca del uno del otro – estas mejor? - le preguntó con una sonrisa, aunque Dan separo su rostro del de Rikimaru y puso una mueca de preocupación y que a la vez se le subían los colores.

- Ahora que lo sabes todo sobre mi, que pasa con mi enfermedad?; con el SIDA? - acabando de secarse las lagrimas con el jersey que estaba al suelo a su lado – nunca podremos tener ningún tipo de relación sexual, ya que podía contagiarte – sonrojándose y suplicando que Rikimaru no fuera consciente del deseo carnal que crecía en su interior.

- No es cierto – sorprendiendo a Dan con una sonrisa, y sacando de su bolsillo por segunda vez los preservativos.

- ¡ Aún los llevas encima ! - dijo perplejo al verlos en la mano de Rikiamru - ¡ Escondelos ! ¡ No los saques aquí ! - mirando muy nervioso la puerta para confirmar que no había peligro de que su madre estuviera por los alrededores con los helados.

- Esta bien – dijo sin poder evitar soltar unas risas por la reacción de su compañero sentimental y volviéndolos a esconder en su bolsillo trasero – Dan, solo quiero decirte una última cosa acerca de tu enfermedad y quiero que siempre lo tengas presente, ambos hemos estado solos toda la vida y nunca he conocido a nadie que me haya demostrado su cariño...excepto mi padre, aunque ya sabes lo que pasó.

- Lo siento – le dijo Dan al recordar que su compañero tampoco lo había pasado nada bien y que había sufrido una gran perdida.

- Lo que decía, yo no quiero seguir sólo nunca más, te amo Dan – éste se sonrojo al oír esas palabras, lo cual produjo en Rikimaru una sonrisa de satisfacción – me has hecho muy feliz y si el precio que tengo que pagar para seguir teniendo esta felicidad y amarte entre mis brazos, es arriesgarme a contagiarme...mientras seas tu quien me contagie, lo aceptare...no negare que me da miedo coger la enfermedad...pero ya no puedo imaginar una vida sin ti...te quiero – al cabo de unos segundos de exponer esa confesión, aunque no sabía como lo había hecho, no se arrepentía ya que era lo que de verdad sentía.


Continuara...

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