11 de mayo de 2012

Una Enfermedad no nos separará 8ª Parte





En el momento exacto en que oyó el cerrojo de la puerta y está se abrió, el estomago se le hizo un nudo, la garganta no le hacia mas que temblar, y en cuanto más pensaba en como seria el padrastro de su compañero, y mas se acercaban a la sala de estar guiado por la madre de Dan...no sabia como describir en que estado se encontraba, se parecía a un prisionero rodeado de guardias conducido por un pasillo hacia la habitación de ejecución y que sabe que no tiene escapatoria, si era eso...lo que él sentía en esos momentos era miedo, un gran miedo a enfrentarse al amo de esa casa, igual que el prisionero enfrentarse a su muerte.

- Cariño, te presentó al amigo de nuestro hijo, venga pasa – dándole paso a Rikimaru para que entrará en la sala de estar.

Rikimaru al entrar, pudo observar a un hombre sentado en la mesa de delante de la puerta con un montón de papeles y un maletín encima, el señor se quito los lentes para leer y miro directo a los ojos de Rikimaru, esté en ese mismo momento en que sintió esa mirada tan penetrante, su corazón empezó a acelerarse, no sabia que hacer, tenia la mente completamente en blanco.

- ( ¡ Que hago?!; espero que hable?!; lo saludo yo primero?!; estoy muy nervioso, tengo que intentar relajarme, pero esté hombre es abogado...dios que nervios, que esto acabe pronto ) - cogiendo mucho aire en sus pulmones y con mucha cautela a que ese hombre se diera cuenta de sus nervios, aunque por desgracia de Rikimaru, el padrastro de Dan ya se había dado cuenta de ello.

- Mi nombre es Kisho, encantado de conocerte – extendiéndole la mano, y con lo que parecía una sonrisa, aunque con los nervios que llevaba encima no estaba seguro de si le sonreía o mas bien era una sonrisa forzada escondiendo un rostro serio debajo.

- Mi nom...nombre es Rikimaru – pronunciando su nombre muy rápido y con la voz temblorosa – encantado de conocerle...señor – pensando si había sido la manera mas correcta de dirigirse a un abogado.

- No me llames señor...puedes tutearme o llamame por mi nombre si te es mas cómodo, veo que estas muy nervioso en estos momentos, es que me tienes miedo? - le preguntó con curiosidad y para comprobar si era sincero, ya que no hacia falta la pregunta, se podía observar desde muy lejos que si le temía.

- La verdad es que... - en ese momento no sabía si decirle la verdad, pero algo dentro de si le decía que fuera sincero, que el plan de hacerse pasar por un chico tranquilo no había funcionado – sí, supongo que es por los nervios, hace mucho tiempo que no voy a una casa externa, le pido disculpas si le a incomodado.

- Tranquilo, no tienes porque disculparte – le dijo con tono amable – es cierto que soy algo serio, y si haces algo indebido te voy a regañar, pero no tienes porque tenerme miedo.

- Esta bien – le dijo avergonzado e incapaz de estar en la presencia de ese hombre ni un minuto más.

- Bueno, Dan llevalo a tu habitación y dile donde poner las cosas – le ordenó Kisho a su hijastro.

- Esta bien – le contestó con tranquilidad, aunque no le gustara que le dijeran las cosas en forma de orden, aunque tampoco tenia intención de quejarse ya que estaba alegre de poder pasar estos últimos días de la semana, completamente junto al lado de Rikimaru.

- Bueno, entonces mientras le enseñas la habitación, yo iré a acabar de preparar la comida y ya os avisare cuando este servida – poniéndose un delantal, y entrando en la cocina que estaba situada justo al otro lado del pasillo, de donde esta la sala de estar.

- Sígueme – mirando a Rikimaru con una sonrisa, mientras caminaban por el pasillo todo recto, giraron a la derecha y mas adelante había una puerta – esta es la habitación de mis padres – al llegar a ella, giraron a la izquierda, y empezaron a caminar otro gran pasadizo los cuales todos eran muy amplios, en medio de ese pasadizo había una puerta mucha mas grande que las otras de madera de un marrón muy fuerte y a la vez muy resplandeciente el pomo era de oro, la verdad parecía que en aquella habitación se escondía un gran tesoro, pero Dan lo hizo sacar de tales suposiciones- esté es el despacho de Kisho, es la habitación más grande de la casa, ya sabes es el amo de la casa por lo tanto le pertenece lo mejor – le dijo a su compañero expulsando aquellas palabras de su boca con algo de rabia y asco. Después de seguir caminando unos veinte pasos, giraron por segunda vez a la derecha y muy al fondo observaron otra habitación – y esta de aquí es mi habitación.

- Vaya, está a la otra punta de la casa – le dijo Rikimaru asombrado – y el baño?

- Cada habitación dispone de un baño completo con bañera incluida, ya que las habitaciones son enormes, y es verdad que está a la otra punta de la casa, pero así estoy más tranquilo – al llegar a la puerta, Dan antes de abrir se giró y con vergüenza le dijo – está algo desordenada, así que te pido disculpas.

- Tranquilo, eres un chico como yo, el ser ordenado no está en nuestro comportamiento – le dijo con tono de burla, y ambos soltaron unas risas.

Al entrar en la habitación, Rikimaru pudo observar la inmensidad de la habitación aunque era algo que se imaginaba al haber visto la sala de estar. En medio de la pared izquierda de la habitación había una gran ventana, debajo de ella, un bonito escritorio de madera con bonitos decorados artesanos, a simple vista ya se veía que era caro, al lado derecho había una papelera con folios hechos una bola hasta arriba y algún otro por el suelo rodeándola. En el centro de la habitación había una enorme cama desecha y con un pijama que lo habían tirado allí de cualquier manera, de pronto una voz le llamo la atención interrumpiendo su momento de curiosidad.

- ¡ Ey !, Rikimaru...se que está algo desordenada, pero no es para quedarse embobado – le dijo con un tono algo avergonzado.

- ¡ Ah !...no...no es eso, solo miraba nada mas, tranquilo, no me molesta que este desordenada – soltando unas risas – donde pongo mis cosas?

- Bueno, puedes ponerlas en este armario – girando Rikimaru su cabeza hacia la pared de detrás de la puerta, era un armario empotrado en la pared del cual Rikimaru no se había fijado, la verdad era que lo único que le había picado la curiosidad y se moría ganas de ver, era la cama en la que ambos dormirían juntos.

- Y tu ropa? - le dijo muy impresionado al ver que en ese armario solo había dos uniformes de artes marciales.

- En ese otro armario – señalando al que estaba detrás de la cama – y allí está el baño – señalando otra puerta que estaba al lado del armario, mientras se quitaba la camisa y los calcetines que había llevado en el instituto – por cierto quitate esos calcetines estarás mejor, el suelo esta acondicionado por unos tubos de calefacción que hay bajo el suelo, así que no te resfriarás.

Nervioso se acerca a la cama de Dan y se sienta a su lado, solo se tenia que quitar los calcetines pero para él era como desnudarse, nunca se había quitado ninguna prenda delante de nadie que no fuera su familia, y sentir aquella mirada atenta de Dan y tenerle tan cerca y sin camisa, Rikimaru sentía que fuera a perder el control de sus actos en cualquier momento, cuanto más se fijaba en él, más era la lujuria que crecía en su interior. Al haberse quitado los calcetines, que fue una tarea muy difícil teniendo en cuenta como estaba en esos momentos, Dan le hizo una pregunta a la cual el corazón de Rikimaru se aceleró y los colores le subieron a las mejillas.

- Te gusta mi cuerpo?, lo digo por que veo que no le has quitado ojo, desde que te he dicho que te quitases los calcetines – Dan estaba muy avergonzado por lo que decía, pero desde que se había sentado su amigo en la cama a su lado, podía notar a la perfección como Rikimaru se lo comía con la vista, y eso le provocaba unas ganas enormes de aprovechar esos sentimientos para que lo besará – tienes ganas de besarme? - no estaba seguro de si hacía lo correcto, ya que su cabeza no se olvidaba de su enfermedad, pero en esos momentos su parte pervertida y obscena eran las que llevaban el control de sus impulsos.

Rikimaru no podía creer lo que le estaba preguntando, estaba tan avergonzado que ni se atrevía a mirar a la cara a su compañero, del cual estaba perdidamente enamorado.

- ( ¡ Que le digo?!!!!; no quiero que piense que lo único que me interesa es su cuerpo; pero porque tendría que pensar eso, el sabe que le quiero y seguro que a notado como lo miraba; al menos miralo como mínimo, no seas cobarde Rikimaru, no tengas tanto miedo por todo... ) - Rikimaru muy lentamente levanta su cabeza, con las mejillas sonrojadas y con los ojos húmedos y brillantes, observando detenidamente aquellos ojos serios pero llenos de lujuria de su compañero – la verdad es que...sí, tengo ganas de tocar tu cuerpo...y también tengo ganas de...de... - Rikimaru se sonrojó aún más, cuando fue a apartar la mirada de Dan, una mano blanca, suave como la de una mujer y cálida le impidieron que lo hiciera.

- Dímelo...que quieres hacer? - con una voz suave y seductora, que hacía erizar la piel de Rikimaru, acabando por acercar más su rostro hacia su compañero.

- Quiero saborear tu lengua – cerrando los ojos rápidamente, por miedo a que reaccionará de un modo agresivo, su cuerpo estaba empezando a sudar, cada segundo le parecía una eternidad.

- Abre los ojos, quiero verlos a la hora de besarte – le dijo con tono sensual, apoyando con fuerza su mano en la cama y al lado de la pierna mas cercana de su querido compañero.

Rikimaru al abrir los ojos todo le pareció muy rápido, apenas los había abierto como vio la cara sonrojada de su compañero a penas a un centímetro mirándole con ternura, y en ese instante ya tenia los labios de su compañero pegados a los suyos, después se dio cuenta de que algo muy húmedo se adentraba en su boca, haciendo que las mejillas se le sonrojaran y un fuerte impulso hizo que se agarrase fuertemente a una de las piernas de Dan y con la otra mano rodeara su cuello, cuanto más tiempo jugaba con la lengua de su compañero, y la relamía con sus labios más era el placer que notaba en su propia piel, nunca había sentido nada igual, el deseo de acariciar todo el cuerpo de su compañero crecía por momentos, ya no lo podía aguantar más, tenia que saborear todo el cuerpo de su compañero o sentía que iba a estallar todo su interior. De pronto Rikimaru con la mano que tenia en la pierna de Dan la utiliza para empujar el cuerpo de su compañero encima de la cama, y se pone encima de él...ambos escuchan del uno del otro como la respiración se les acelera, Rikimaru a continuación apoya una mano a cada lado de la cabeza de su enamorado y ambos se miran directamente a los ojos.

- Riki...maru, tengo que decirte una cosa – mientras intenta levantarse, y con una mueca de preocupación.

- Que pasa Dan? - le pregunta al ver esa reacción de su compañero, dejando que se sentara correctamente, aunque él siguiendo encima de Rikimaru cara a cara y con las rodillas encima de la cama.

- Antes de que pase algo más entre nosotros quiero contarte una cosa, si luego sigues pensando igual de mi, aceptare tener contigo lo que quieras tener – le dijo con tristeza.

- Quiero ser tu chico – le dijo muy feliz con una sonrisa de oreja a oreja – pero no te pongas triste, no me gusta verte así – poniendo sus dos manos alrededor de su cuello – de que se trata?

- Mmmm, bueno eso estaría bien, yo también me gustaría ser tu chico – le dijo con media sonrisa y mirándolo directamente a los ojos – lo que quiero decirte es sobre mi enfermedad y la manera en como la contraje.

- Si lo dices para no contagiarme, no te preocupes por eso – poniendo una mano en su bolsillo trasero y sacando un par de preservativos.

- ¡ Pero que haces con eso?! - le dijo sorprendido, sus mejillas se volvieron rojas a más no poder, su mente ya empezaba a inventar sus propias fantasías - ¡ Escondelos, rápido !

- Jajajaja, y eso porque? - le preguntó de manera pervertida.

- Pues...porque...porque sí – le dijo nervioso y algo exaltado por la sorpresa de los preservativos.

- Esta bien, pero que sepas que dentro de mi mochila tengo toda la caja – diciéndoselo a la oreja y con una de esas sonrisas que a Dan tanto le gustaban y que tan feliz y especial le hacían sentir.

- Jajaja, esta bien pero no hables más de preservativos o me pondrás más nervioso, ademas no se trata de eso...quiero contártelo y darte a elegir si quieres continuar conmigo o no...porque no quiero hacerte daño y como tampoco soy capaz de mantenerme alejado de ti...porque te amo demasiado, quiero que seas tu quien decida nuestra relación ya que quiero que sepas los riesgos que puede haber en tu elección...si me aceptas a pesar de mi enfermedad después de que te cuente la historia, ya me daré por satisfecho y no volveré a hablar nunca más de mi enfermedad y te intentare hacer lo más feliz posible – le dijo con cara de preocupación.

- Esta bien, sea cual sea la historia no cambiare de parecer, yo tampoco quiero que te alejes de mi, es la primera vez que siento algo tan fuerte por alguien y no quiero que desaparezcas de mi vida – de repente se sonroja al mirar directamente a los ojos de Dan – te quiero – robando-le un beso de los labios.

De pronto una voz se oye dentro de la habitación
<< Dan, Rikimaru ya esta servida la comida, os esperamos >>.

- Que a sido eso? - dijo Rikimaru con curiosidad sin saber de donde provenía la voz.

- Jajajaja, a sido eso – señalando un teléfono, que estaba colgado al lado de la puerta – esta conectado a la puerta principal, hay uno en cada habitación así si quieres hablar con alguien no hace falta que salgas de donde estés ni pasearte toda la casa cada vez.

- Bueno sera mejor que vayamos a comer, no quiero que tus padres se enfaden conmigo el primer día – levantándose de encima de Dan y mirándolo con una sonrisa, estaba muy feliz de ver que las cosas se iban arreglando entre ellos.

- Bueno sera mejor que me ponga una camisa – le dijo Dan dirigiéndose al armario a por una de color blanco.

- Por mi, puedes quedarte así, me gustas mucho más, jajaja – poniéndose rojo por su propia frase.

- Jajaja, ya se que te estoy poniendo, pero no quiero que te excites delante de mis padres – contestando con otra frase pervertida y con una sonrisa traviesa al ver que lo había conseguido hacer sonrojar una vez más.

Dan al intentar abrir la puerta, Rikimaru pone una mano delante impidiéndole abrir.

- Que haces? - le preguntó con curiosidad al no entender a que venia esa reacción.

- Quiero darte un último beso antes de ir con tus padres – poniéndose nervioso por haberse llevado por ese impulso tan repentino.

- Hummm, eres un chico muy abusivo – le dijo de manera traviesa y con una sonrisa – aunque me parece una buena idea – abrazando por el cuello a Rikimaru.

- Lo soy, porque te gusta que lo sea, no? - le contestó con una sonrisa.

- Sip, me gusta mucho – besando los labios de Rikimaru, y esté poniendo sus manos en la cintura de su compañero – bueno ahora si ya tenemos que irnos – abriéndole la puerta y darle paso primero a su futura pareja o esto es lo que deseaba Dan con todas las fuerzas.


Continuara... 

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