27 de julio de 2012

( Un Ángel de Cristal - Camela )


Despedida




La noche era fría, el cielo esa noche estaba hermoso, todo el era una gran constelación de estrellas y la luna era más brillante que de costumbre.

Una chica derramaba lagrimas mientras contemplaba el cielo estrellado y oscuro como su pelo, sus ojos solo reflejaban la tristeza.

- Te extraño tanto – hablando en voz alta por si misma, con un tono de desesperación – no pude despedirme de ti, ni darte las gracias por todos esos momentos felices que me diste como amigo – cerro los ojos y se puso a recordar uno de los días más divertidos que paso con él.

En su cabeza le vino a la mente un día caluroso de verano en el que ella y él fueron a la playa para refrescarse, todo eran sonrisas y alegrías.

- Jajaja, no para...para esta fría – mientras intentaba protegerse de la constante agua que su amigo le lanzaba con la mano – quieres guerra?, esta bien...ahora veras – le dijo con tono traviesa y empezando a forcejear a su amigo que estaba en la orilla.

- No...espera...mi ropa – mientras intentaba no caer dentro del agua por los constantes empujones y trabas que le hacía con los pies – jajaja y ahora que hago?, me has mojado la ropa – mirándose de sentado en el agua – ahora tenemos que esperar a que se me seque la ropa.

- Jajaja, y cómo lo harás?...no has traído bañadores – le preguntó satisfecha de haber mojado a su compañero.

Ese recuerdo le provocó una breve sonrisa, ya que luego recordaba que ya no podrían volver hacer nada parecido.

Lo recuerdas? - preguntó, siguiendo con la mirada perdida entre ese cielo – ese día fue genial...aunque te quitaste la ropa y te quedaste en ropa interior y por querer hacer el macho, sufriste algunas quemaduras en la espalda por el sol...jajaja – riendo de su último comentario y recordando como era su personalidad – luego usaste eso contra mí para que me quedara a tu casa – su sonrisa se volvió en un rostro triste, su corazón estaba acelerado y agacho la mirada para observar la luz de la luna que reflejaba el mar.

- Siempre estuviste a mi lado, cuando me peleaba con una amiga; o me iban los estudios mal, no importaba lo que fuera que me tenia triste...siempre estabas allí para ayudarme – arrodillándose en la arena y con las manos en la cara – te hecho tanto de menos...tanto, tanto, tanto...te quiero mucho – sus llantos sonaban a desesperación.



Pasa las noches en vela
recordando ese amor que ya no va a volver,
camina sobre la arena del mar
mientras las olas acarician sus pies...


Su mirada está triste,
mirando al cielo se pregunta porqué no le dio
tiempo a disfrutar sólo un poquito más de él...


Y dicen que él es un ángel de cristal
que la ilumina cada noche y que con ella suele pasear.
Él se conforma con mirarla
ella no sabe que a su lado está
y que nunca la abandonará,
su amor por siempre vivirá.


Puede sentir los abrazos
de la brisa del mar como se los daba él.
La luna no quiere verla llorar,
cierra los ojos y suspira a la vez.

Y sentada en la orilla, escribe versos dedicados a él.
Muy temblorosa al terminar,
le marca un beso en el papel...


Al mirar al cielo ve como pasa a una gran velocidad una hermosa estrella fugaz y ella con lagrimas en los ojos...

- Ojala pudiera verte por última vez – agachando su mirada en la arena, mientras que las olas mojaban su vestido – aunque sólo fuera para despedirme.

De pronto algo la dejo helada, su corazón había dejado de latir por unos instantes y su piel se había erizado, los ojos se le habían abierto como platos al escuchar una voz que no era posible que fuera real.

- No llores, ahora tienes la oportunidad de hacerlo – le dijo una voz cálida y tierna.

Tenia miedo de levantar la vista y ver que todo había sido una mala pasada de su imaginación, al hacerlo se quedo inmóvil...un chico con el pelo castaño y los ojos marrones estaba flotando en el agua con sus pies, unas relucientes y hermosas alas hacían juego con el aura blanca que lo rodeaba, y aquella túnica blanca con su morena piel era un regalo para la vista.

- Eres tu?...De...de verdad eres tú?...Cómo? - dijo con voz temblorosa y un agudo dolor en el pecho.

    - Así es, los de arriba me dieron permiso para despedirme de ti, verte todo este año desde mi accidente, llorando y paseando en solitario en esta playa con la que tan buenos momentos pasamos, les hizo ver lo cruel que había sido nuestra separación – le dijo con una cálida sonrisa y enviando una mirada al cielo y volviendo a poner la mirada en su querida amiga.

La muchacha se levantó del suelo y hecho a correr dentro del mar mientras gritaba el nombre de su querido amigo...al llegar al lado suyo se abalanzó a su pecho, el gesto fue respondido por un cariñoso abrazo.
    - Te he extrañado tanto...te necesito a mi lado – agarrándose con fuerza a la túnica blanca y echándose a llorar a su pecho mientras lo apretaba contra ella con miedo a que desapareciera sin decir nada.

    - Siempre he estado a tu lado y siempre lo estaré – apoyando su cabeza a la de su amiga con una sonrisa – pero no quiero que sigas llorando al recordarme, quiero que sigas con tu vida feliz y abriendo el corazón a alguien...yo seguiré estando a tu lado...pase lo que pase – separandola de su cuerpo y mirándola con ternura.

    - No quiero que te vayas – suplicándole con tristeza – nunca he podido agradecerte todo lo que has hecho por mi, siempre me has cuidado como si fuera tu hermanita, protegiéndome y dándome cariño cuando más lo necesitaba.

    - Ya me lo has agradecido – poniendo una mano en la barbilla de ella para levantar su rostro – todo el cariño que me has dado en tus recuerdos; en tus sueños; en tus lagrimas y en todo lo que vivimos...eso me hace muy feliz y eso mismo es lo que ha hecho que hoy haya podido verte...tienes que saber que solo muy pocas personas han tenido esta oportunidad – de pronto vuelve a mirar al cielo y la mira a ella con una sonrisa mientras le quita las lagrimas de sus mejillas – debo irme...ya es la hora.

    - Desearía que te quedaras – le dijo con lagrimas en las mejillas, pero con una plenitud en su interior de paz y alegría.

    - Lo sé – le dijo con una sonrisa y con una primera lagrima que recorría su mejilla – prometeme que a partir de ahora seguirás tus sueños y lucharás por lo que quieres y sobretodo encontrarás un amor – le dijo con unas risas.

    - Ya sabes que nunca he sido buena en amores – devolviendole una sonrisa.

    Jajaja...es cierto, pero algo me dice que eso va a cambiar más pronto de lo que crees – señalando con su mano detrás de su amiga a un joven.

    - Señorita, que hace en el agua?...cogerá un resfriado – le dijo un chico alto, con pelo largo y oscuro...y con una manera de hablar muy cordial.

    - Jajaja...ve con él...parece preocupado por ti...ahora debo irme – mientras empezaba a difuminarse en el aire – yo siempre estaré a tu lado aunque no puedas verme – hasta que ya no quedo rastro de su querido amigo, ni de la luz que desprendía.

    - Te lo prometo...a partir de ahora te recordare con felicidad – mirando al cielo con una sonrisa y secándose las lagrimas al oír el ruido del agua al acercarse aquel joven.

    - Esta bien, señorita? - le preguntó con tono caballeroso.

    - Sí...solo contemplaba la luna – le dijo con una sonrisa.

    - Ah, ya veo – mirando hacia el cielo – la verdad es que tiene razón...esta noche es muy bonita, aunque la gripe que vamos a coger los dos mañana, no sera tan bonita – acabando con unas risas.

    - Jajaja, perdona...no quería preocuparle – cruzando su mirada con la del chico por unos momentos – la verdad ahora tengo frío.

    - Tenga mi chaqueta – le dijo, ayudándola a ponérsela.

    - Gracias – le dijo sonriente y asombrada de lo caballeroso que era el chico.

    - Sabe que es lo mejor para el frío?...un buen chocolate caliente...me encanta el chocolate, le apetece tomar uno conmigo? - le preguntó en la orilla mientras recogía los zapatos suyos y de los de la chica.

    - La verdad es que sí – le dijo sonriente y mirando por última vez en esa noche al cielo.

    Y dicen que él es un ángel de cristal
    que la ilumina cada noche y que con ella suele pasear.
    Él se conforma con mirarla,
    ella no sabe que a su lado está
    y que nunca la abandonará,
    su amor por siempre vivirá.





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