25 de febrero de 2013

Compañeros de Vestuario 1ª Parte de 2





El equipo de Inazuma Eleven como de costumbre estaba entrenando para el próximo partido que se acercaba. A pesar de que en sus agendas no había entrenamiento, todos y cada uno del equipo decidieron entrenar por ellos solos, sin supervisión del entrenador.

- Bueno Chicos, buen trabajo – les dijo el capitán a los chicos, felicitándolos por su trabajo – ya os podéis ir a casa los que queráis, los que no haremos otro partido – finalizando con una de sus típicas sonrisas de oreja a oreja.

- Yo ya no puedo dar un pelotazo más, tengo mucha hambre – quejándose Heigoro por su apetito como de costumbre y tocándose la barriga.

- Tú siempre tienes hambre – dijo Toramaru riéndose de él y de su cara de avergonzado al saber que no había mentira en esas palabras – te apetecería comer unos fideos con cerdo en el restaurante de mi madre, yo invito.

- En serio, claro que aceptó – abrazando de la emoción a su amigo.

- Alguien más se apunta? - sonriendo a sus amigos e intentando liberarse del abrazo asfixiante de su compañero.

- La verdad es que de tanto entrenar, a mi también me a entrado hambre – dijo Ryuugo – ¿te vienes Ichirouta? - preguntando al compañero que estaba a su lado.

- Lo siento Endo, pero esta vez estoy agotado y ya no puedo entrenar más – le dijo al capitán mientras se masajeaba los hombros.

- Tranquilos, podéis iros, la verdad a sido un entrenamiento muy duro el de hoy – dándoles permiso para irse a todos los que lo deseaban.

- Bueno, tengo una mejor idea – dijo Toramaru, al haberse ido la mayoría de las personas a los vestuarios a cambiarse, - Endo, cuando acabéis el partido los que os vais a quedar, venid al restaurante de mi madre también, así podremos hablar un poco y salir por el pueblo.

- Ésta bien, cuenta con nosotros – le contestó mientras Toramaru se dirigía a los vestuarios – bueno, ya sólo quedamos seis contándome a mi, así que haremos un partido de treinta minutos, tres contra tres, os parece bien? - preguntó a sus compañeros.

- Sí, pero podríamos hacer un descaso a los 15 minutos de partido? - preguntó Afuro Terumi y mirando de reojo a Goenji el cual lo estaba observando con un rostro serio.

- Ésta bien, ahora diré los equipos – mirando pensativo a sus compañeros – Terumi, tú iras con Fubuki y tú Saginuma serás el portero, luego Goenji y Kidou iréis conmigo – al ver que sus compañeros no decían nada, dio por sentado de que no había ninguna pregunta – entonces empecemos.

El partido a penas había dado comienzo, como ya todos daban el cien por cien de si mismos, todos intentaban llegar a la portería del contrario, pero ninguno daba tregua para defender su portería, tal y como era y debía seguir siendo el espíritu del Inazuma Eleven.

- ¡Tuya Goenji! - pasando el balón a su compañero, al ver que Fubuki se había lanzado al suelo contra él para arrebatársela.

Goenji con el balón en los pies, se dirigió a la portería de Saginuma y antes de entrar en el área lanzó la pelota al aire.

- ¡Torbellino de Fuego! - lanzando su potente disparo, pero quedando impresionado al ver que en el momento del contacto con la pelota, Terumi también había saltado en el aire delante de él.

- ¡Sabiduría Divina! - golpeando el balón al mismo tiempo, la fuerza de ambos golpes hizo que la pelota saliera disparada mucho más al aire y ellos perdieran el equilibrio, provocando que Terumi cayera encima de Goenji.

En ese instante, ambos cruzaron miradas y quedaron sumergidos en los ojos del otro, hasta que Goenji apartó la mirada aún lado y le contestó desagradablemente.

- Venga, ¿a qué esperas para levantarte encima de mi?; ¿es que tengo algo en la cara? - mirándolo con ojos de despreció.

A Terumi esas palabras le sentaron como un fuerte golpe en su corazón, no sabía a que venia esa mirada de despreció, ni porque estaba tan enfadado con él...aunque tampoco entendía porque las palabras de Goenji le afectaban tanto, como si necesitara la aprobación de éste para respirar...¿por qué se sentía como si le hubiesen dado la peor de las noticias?

- Perdona – le dijo, en el momento en que Goenji estaba de espaldas a él, manteniendo la mirada al suelo con tristeza, pero no hubo ningún tipo de respuesta por parte del otro.

El partido continuó y con los marcadores aún a zero.

- ¡Aullido de Lobo! - golpeando Fubuki la pelota con fuerza.

- ¡Mano Ultradimensional! - despejando Endo la pelota por encima del larguero.

Pasaron los primeros quince minutos y el capitán les dio permiso para refrescarse e ir al baño. Terumi entró a los vestuarios y se quitó la camisa dejando su pelo rubio acariciar su rosada piel, cogió una toalla y empezó a secarse un poco los abdominales y brazos, en el momento en que entraba Goenji, éste se quedo impresionado, mirando por unos instantes el torso desnudo de Terumi , aunque luego sin ninguna explicación lo volvió a mirar con una mueca en la cara y ojos llenos de furia.

Goenji se dirigió a los lavabos que había en la pared, al lado contrario de las duchas, Terumi no pudo aguantar la tentación de mirar, y observo como la mano de Goenji bajaba hacía su cintura, cuando le vino a la mente aquel primer contacto en el suelo, cunado volvió a la realidad se dio cuenta de que Goenji lo estaba observando.

- ¡¿Qué estas mirando?! - le dijo con tono brusco, haciendo reaccionar a su compañero con inseguridad, agachando la mirada por segunda vez en aquel día, sonrojado y con el corazón acelerado.

Para que las cosas no fueran a peor, decidió que era hora de regresar al campo de fútbol con los otros y dejando atrás a un Goenji con mal humor en los vestuarios.

- ¡Maldita sea! - dijo Goenji, golpeando la pared cuando ya no hubo ningún rastro de Terumi – ya no aguantó más, ya no puedo aguantar esta situación, esto tiene que acabar – y cuando ya estuvo más calmado, salió del vestuario para acabar el partido.

Los últimos quince minutos fueron igual de intensos, todos chutaban a portería pero nadie conseguía marcar. Terumi en aquella última parte del partido no podía quitarse de la cabeza aquellos últimos momentos en el vestuario, cuando Goenji se bajaba el pantalón al lado de las duchas.

Lo que provocó en él, que cada vez que se tenían que enfrentar para apoderarse del balón, Terumi se sonrojaba y no ofrecía resistencia dejando pasar el balón junto con su compañero, lo que hizo que Goenji se diera cuenta del efecto que creaba su acercamiento a Terumi y lo mirará con más odio aún por un motivo que él otro no lograba comprender.

Al acabar el partido, todos fueron a los vestuarios excepto Goenji y por obligación de éste, Terumi. Ambos quedaron al campo para recoger el material de fútbol del instituto. Cuando llegaron a los vestuarios, los demás ya estaban saliendo.

- ¿Queréis que os esperemos? - preguntó Endo a Terumi, aunque no fue éste el que respondió.

- No es necesario, nosotros vendremos al restaurante – dijo con tono serio y mirando de reojo a Terumi con frialdad.

- Ésta bien, como quieras Goenji – dijo perplejo, por el extraño comportamiento de su amigo - ¿Qué le pasa? - les preguntó al resto de compañeros, mientras se alejaban de Goenji y Terumi, que habían entrado en los vestuarios.

- Debe de estar con una de sus rabietas por no estar satisfecho de que haya hecho un buen entrenamiento, pobre Terumi, seguro que pagará los platos rotos – dijo con una sonrisa Kidou – vamos, lo normal de Goenji, hacer pagar a los demás sus enfados – haciendo reír al resto de los compañeros.

- ¿Por qué les has dicho que no nos esperen? - le dijo, inseguro a que hubiera sido buena idea decirle algo.

- ¡¿Es que acaso los necesitas?! - preguntó de manera cortante, lo cual provocó que Terumi se cabreara al estar ya harto de que le contestase de esas maneras, sin ningún motivo aparente.

- ¡Oye Goenji, no sé que he hecho para que estés enfadado conmigo , yo solo quiero que sigamos siendo amigos! - le dijo enfadado y mirándole con furia, del mismo modo que lo había estado mirando a él.

Goenji se quitó la camisa mientras caminaba hacía Terumi, decidido y con cara de pocos amigos, de repente lo agarró de una mano y se lo llevo a la fuerza debajo de una de las duchas. Terumi al estar atrapado entre los brazos de su amigo y la pared de detrás suya, haciendo que se sintiera como un ratón sin salida y se sonrojara, sintiéndose intimidado por ese rostro serio y en silencio a apenas unos centímetros de su cara, el corazón le palpitaba sin control.

- ¿Q...Qué estas haciendo? - le dijo con voz entrecortada y frágil, e intentando evitar la mirada de su amigo para que todo su cuerpo no se estremeciera, con la presencia de su compañero de equipo.

- ¡Cállate! - le volvió a responder con firmeza, aunque su cara cambió de seriedad a más bien nerviosismo e inseguridad por algo, cortando él esta vez, por unos momentos el contacto visual, seguidamente abrió la ducha dejando empapados a ambos.

- ¡Pero qué...! - dijo exaltado Terumi, al ver su uniforme completamente mojado y pegado a su cuerpo, haciendo resaltar sus abdominales y pectorales, pero en cuando quiso terminar la frase, Goenji había puesto su boca encima de la de él, sintiendo como su compañero adentraba su lengua en su boca, explorando el territorio, hasta que encontró a su habitante y empezó juguetear con él.

Al cabo de unos instantes, Goenji se apartó un poco para dejar respirar al chico rubio y de pelo largo, él cual había quedado sorprendido, ese beso le había hecho encender un fuego incontrolable en su interior, tenía miedo de lo que se imaginaba que iba a pasar, pero tampoco podía hacer nada, ya que su cuerpo había quedado paralizado, ese contacto entre labios y lengua fue una droga para cada fibra de su ser, impidiendo que pudiera mover ningún musculo, su cuerpo y en lo más profundo de su ser, le pedían más y no iba a moverse de allí hasta que tuviera lo deseado.

- Terumi, es cierto, siempre estoy enfadado contigo, pero eso es porque mi cuerpo y mi alma se sienten atraídos por ti – volviendo a acortar la distancia entre ellos, al ver que Terumi abría sus ojos como platos, al escuchar esas palabras – por eso no podemos seguir siendo amigos, porque ya no puedo verte de esa forma y... - haciendo un silencio para poner sus manos encima de los hombros del pelilargo – y me da rabia pensar que todas esas cosas indecentes que hago en mi habitación, son por un chico...por ti, eso me cabrea y me cabreaba que no me atreviera a contártelo, pero ya no puedo más...te deseo y quiero que seas mío – acercando su boca al cuello de su anonadado compañero – quiero todo tu cuerpo – pasando de palabras a un susurro, mientras besaba y lamía su cuello, escuchando su respiración como se aceleraba – lo quiero todo de ti.

Las manos de Goenji seguidamente, le quitaron la camisa, dejando al descubierto aquel cuerpo que tanto le atraía y que en esos momentos gran cantidad de agua recorría por esa piel, mientras el pelo empapado y fino de Terumi cubría media parte de su propio rostro. Los besos descendieron del cuello hasta los pezones, provocando un primer orgasmo involuntario del atractivo chico de la melena rubia, los lametones empezaron a bajar hasta los abdominales, hasta que descubrió algo que le excitó a seguir con más empeño, los pantalones mojados de Terumi hicieron que se pegaran a su cuerpo, haciendo sobresaltar ese gran bulto en medio de las piernas, dando a entender a Goenji que hacía una gran trabajo.


Continuara...

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